Coco Chanel, creó la más importante, revolución cultural de todos los tiempos, donde la sencillez, el lujo, la sofisticación y la elegancia, fueron parte de la fórmula, para crear los diseños más innovadores de la época.

Avant-garde, el vanguardismo francés, en el diseño, lo implantó, confrontó a la moda al grado, de crear un estilo completamente opuesto al anterior.

Como decía Gabrielle Chanel:

“Para ser irremplazable uno debe ser diferente”

Coco Chanel levantó la falda, quitó el corsé, cortó el cabello, creó el vestido negro y no era para funeral, el collar de perlas, fue de uso cotidiano, quitó lo bromoso y vistió a la mujer con la silueta Chanel.

Fue ante todo, una empresaria, visionaria y muy carismática, vivió entre el lujo, y lo mejor de lo mejor, fue parte de su vida y fue parte de su obra.

La lectura, fue primordial en su vida, leyó y leyó y se instruyó, lo cual le sirvió para tomar de la cultura, lo mejor y refinar su buen gusto, al grado de convertirlo, en exquisito.

Y todo lo que aprendía, lo proyectaba en su obra, lo que la hizo estar a la altura, de los mejores exponentes de la cultura de su época.

Logró la independencia financiera, llegó a ser rica, por derecho propio, se lo ganó a pulso, resultado del trabajo y de buscar el apoyo, en las personas, con quien ella se relacionó.

Etienne Balsan, heredero textil, puso su mirada en Gabrielle, por ser diferente, además lo entretenía, con su manera de ser y de pensar. Posteriormente su amante Arthur Boy Capel, le financió su primera Boutique, sin embargo, se casó con otra y falleció en un accidente.

Pero lo que hacía irresistible a Coco, era el ser única, en una época, en que todos eran iguales.

Coco no se dejó vencer por los círculos sociales y accedió a ellos, por su trabajo, con sus diseños, que fueron considerados, un lujo a nivel mundial.

Y fumó y fumó y pasó a la historia, por ser diferente y creó un personaje y creó una marca, que hasta nuestros días, se ha distinguido, de todas las demás, por sus adelantos a nivel científico, donde la búsqueda de la belleza, va de la mano, con la salud dermatológica.

Conoció y fue amiga de los mejores artistas de su época, Picasso, Dalí, por citar algunos y Stravinsky vivió en casa de Chanel, durante un año.

Hollywood se fijó en Coco, para vestir a sus artistas y ella buscó dejar un sello, de los trajes tweed y las perlas, en quienes usaban su estilo.

Creó alianzas estratégicas, con las artistas a las que vestía y el perfume Chanel N° 5 es recordado, todavía, por ser usado por Marilyn Monroe.

El perfume Chanel N° 5 cumple 100 años y ha sido considerado uno de los mejores perfumes de todos los tiempos, adaptándose al PH de cada mujer, para que de un aroma diferente, en cada una de las mujeres, que lo usan.

Vistió a estrellas como Greta Garbo, Gloria Swanson, Marlene Dietrich, Katharyne Hepburn, Jeanne Moreau, Romy Schneider, siempre en su búsqueda de establecer el estilo chanel.

Coco apreciaba el ballet y fue mecenas del empresario ruso Serge Diághilev, Director de la Ópera de San Petesburgo, en su obra Le train bleu, vistiendo a las bailarinas, quitando el corsé, además de tomar clases con Isadora Duncan , bailarina y coreógrafa.

Sin embargo, la firma Chanel, no se ha limitado a quedarse sólo en las artes, han realizado investigaciones en la piel y cuenta con la Fundación Chanel, donde se impulsa la igualdad de género, las artes, la belleza y la salud dermatológica.

Hoy en día, Carlota Casiraghi, es la vocera, quien muestra, la trascendencia del estilo.

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