Nadie como Coco,
nadie como Chanel,
desde el principio
y hasta el final,
siempre será Gabrielle.
nadie como Chanel,
desde el principio
y hasta el final,
siempre será Gabrielle.
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Fiel a sí misma, leal a sus sueños y con un carácter muy férreo, la gran diseñadora de moda, Coco Chanel nació el 19 de agosto de 1883.
Creadora de un estilo de vida, revolucionaria en su sentir y en su hacer, fue una observadora del mundo y su mente era un caldo de cultivo, convirtiendo en vanguardia, al más humilde atuendo de un pescador.
Y es que la búsqueda de la belleza, se lleva en el alma.
Su pasión, su amor y su delirio, era vivir la libertad de expresar, a través de sus diseños, la fuerza femenina.
Donde conjugó la sencillez con lo clásico y creó un estilo muy diferente, a la represión de lo establecido.
Fue la mayor revolucionaria del siglo XX y la mujer, dejó de ser, un ser pasivo, para liberarse de las ataduras mentales, a través de su femineidad.
Por medio de la belleza, creó el poder de definir su identidad, mediante la clase, la sofisticación y la elegancia.
Coco Chanel siempre fue la protagonista de su propia historia y jamás se permitió el ser eclipsada por los demás.
Se adaptó a cada época, en la que vivió, leyó y aprendió, no nada más de los libros, sino de los mayores exponentes, del arte de su tiempo.
Su mayor secreto: su gran capacidad de reinventarse. Fue un camaleón nato y su principal compromiso, fue con ella misma.
Nadie la detuvo…
Nada la paró…
Fue indomable.
El trabajo fue su mayor antidepresivo.
Consciente de quién era y del lugar que ocupaba en la historia, fue la creadora de las piezas claves, de quienes forjaron el mundo contemporáneo.
Amiga y confidente de reinas, cortesanas, actrices y meretrices, buscó satisfacer los gustos más exigentes y convertir sus diseños, en obras de arte atemporales.
¿Porqué se convirtió en la mejor diseñadora del siglo XX?
La respuesta es muy simple:
Porque así lo quiso.
Coco hizo todo lo que quiso, jamás se limitó, pintó fuera de los cuadros y su genialidad la llevó a incursionar en todo aquello, que fuera útil a una mujer.
Incluso, en un aroma.
La visión holística de Chanel, la llevó a ver a la mujer, como un todo, una serie de elementos, que en conjunto son sinergia.
Su obra, manifiesta la libertad de la mujer, donde el vestirse de Chanel, denota el poder, convirtiendo a la modelo, en un ser exitoso.
Porque Coco se movió entre la gente y marcó la pauta de la moda, donde ella dirigió su mirada, allí encontró el futuro.
Fue por inspiración...
¿Qué inspiró a Gabrielle a realizar tanta belleza?
La magia, incluso de lo ya existente, el llevar la naturaleza al arte, mediante el deseo y el llamado de lo divino.
Surgió de lo más profundo de su alma y la realizó con pasión, entrega y sacrificio.
Y es que el toque de Chanel nos define, nos hace estar presentes, desde el momento de llegar, hasta la partida, el éxito jamás fue por la suerte.
Gabrielle fue su esencia, Coco su personaje y Chanel fue su marca y la combinación de las tres, crearon a la revolucionaria.
Toda su vida fue un acto creativo, el ser diferente la definió y el innovar fue su sello.
A pesar de que Coco partió el 10 de enero de 1971 y el mundo entero se vistió de luto, Gabrielle no se fue, sigue presente, en el estilo Chanel, en sus perfumes y en su obra.
Gabrielle fue un espíritu libre, por amor a la vida y por la pasión a su obra se inmortalizó.
El romper los códigos, que realizó Gabrielle Chanel, al ver el espíritu de las personas y vestirlas, con libertad.
Creó nuevas formas de ver la vida y de vivirla...
Y es que, Chanel es Chanel...
Y la vida es la vida...
Creadora de un estilo de vida, revolucionaria en su sentir y en su hacer, fue una observadora del mundo y su mente era un caldo de cultivo, convirtiendo en vanguardia, al más humilde atuendo de un pescador.
Y es que la búsqueda de la belleza, se lleva en el alma.
Su pasión, su amor y su delirio, era vivir la libertad de expresar, a través de sus diseños, la fuerza femenina.
Donde conjugó la sencillez con lo clásico y creó un estilo muy diferente, a la represión de lo establecido.
Fue la mayor revolucionaria del siglo XX y la mujer, dejó de ser, un ser pasivo, para liberarse de las ataduras mentales, a través de su femineidad.
Por medio de la belleza, creó el poder de definir su identidad, mediante la clase, la sofisticación y la elegancia.
Coco Chanel siempre fue la protagonista de su propia historia y jamás se permitió el ser eclipsada por los demás.
Se adaptó a cada época, en la que vivió, leyó y aprendió, no nada más de los libros, sino de los mayores exponentes, del arte de su tiempo.
Su mayor secreto: su gran capacidad de reinventarse. Fue un camaleón nato y su principal compromiso, fue con ella misma.
Nadie la detuvo…
Nada la paró…
Fue indomable.
El trabajo fue su mayor antidepresivo.
Consciente de quién era y del lugar que ocupaba en la historia, fue la creadora de las piezas claves, de quienes forjaron el mundo contemporáneo.
Amiga y confidente de reinas, cortesanas, actrices y meretrices, buscó satisfacer los gustos más exigentes y convertir sus diseños, en obras de arte atemporales.
¿Porqué se convirtió en la mejor diseñadora del siglo XX?
La respuesta es muy simple:
Porque así lo quiso.
Coco hizo todo lo que quiso, jamás se limitó, pintó fuera de los cuadros y su genialidad la llevó a incursionar en todo aquello, que fuera útil a una mujer.
Incluso, en un aroma.
La visión holística de Chanel, la llevó a ver a la mujer, como un todo, una serie de elementos, que en conjunto son sinergia.
Su obra, manifiesta la libertad de la mujer, donde el vestirse de Chanel, denota el poder, convirtiendo a la modelo, en un ser exitoso.
Porque Coco se movió entre la gente y marcó la pauta de la moda, donde ella dirigió su mirada, allí encontró el futuro.
Fue por inspiración...
¿Qué inspiró a Gabrielle a realizar tanta belleza?
La magia, incluso de lo ya existente, el llevar la naturaleza al arte, mediante el deseo y el llamado de lo divino.
Surgió de lo más profundo de su alma y la realizó con pasión, entrega y sacrificio.
Y es que el toque de Chanel nos define, nos hace estar presentes, desde el momento de llegar, hasta la partida, el éxito jamás fue por la suerte.
Gabrielle fue su esencia, Coco su personaje y Chanel fue su marca y la combinación de las tres, crearon a la revolucionaria.
Toda su vida fue un acto creativo, el ser diferente la definió y el innovar fue su sello.
A pesar de que Coco partió el 10 de enero de 1971 y el mundo entero se vistió de luto, Gabrielle no se fue, sigue presente, en el estilo Chanel, en sus perfumes y en su obra.
Gabrielle fue un espíritu libre, por amor a la vida y por la pasión a su obra se inmortalizó.
El romper los códigos, que realizó Gabrielle Chanel, al ver el espíritu de las personas y vestirlas, con libertad.
Creó nuevas formas de ver la vida y de vivirla...
Y es que, Chanel es Chanel...
Y la vida es la vida...
