Aviadora de profesión y libre por convicción, ha sido de las mujeres, que se jugaron la vida y la perdieron, en nombre de sus sueños.

Logró establecer récords, en una época en que volar era una aventura y no se conocía, al mundo como se conoce hoy.

Sin embargo, la aviadora logró abrirse un camino y establecer un nombre en una profesión, que de entrada, era de hombres.

Creó un estilo con clase y elegancia.

Amelia Earhart es sinónimo de libertad y aventura, de enfoques y logros.

De metas y destinos.

Muchas mujeres al ver su historia, no podemos evitar pensar:

Si Amelia pudo.

¿Por qué no voy a poder yo?

Y se aplica a un sinfín de situaciones.

Cuando me la imagino, la veo seria, pensativa, con encuadre.

Corriendo riesgos calculados.

Definiendo rutas, midiendo el alcance del combustible, estableciendo paradas para abastecerse.

Conversando con su gente, analizando el clima y el alcance del aparato.

Dando entrevistas a los periodistas y saludando con una sonrisa, desde su avión, con un pañuelo en su cuello, moviéndose al ritmo del aire.

La pasión, por lo que hizo, la definió.

Estoy convencida, si lo que haces, no te apasiona, no lo hagas.

La pasión, viene de la entraña y dirige a todos los sentidos, hacia lo que queremos lograr.

Y esa pasión, viene del convencimiento, proviene de lo que te gusta, de lo que crees.

Y sobre todo.

Proviene de lo que más amas.

Las grandes mujeres, que pasaron a la historia, creyeron en sus sueños, pero sobre todo:

Creyeron en sí mismas.

Una mujer actual, se enfrenta a muchos retos, incluso, a otras mujeres, que le pueden poner el alto.

Y digo pueden, porque no es determinante.

A la larga, todo sale.

Existen personas que saben venderse muy bien.

Son las primeras en llegar, con todo un personaje creado y estudiado, que saben envolver y saben manipular.

Sin embargo, cuando pasa el tiempo y se les conoce, por sus acciones, sale a relucir la verdad.

En todas las profesiones se aplica y con el tiempo, se caen las máscaras y aprendemos a reconocer, quién es realmente bueno en su área.

Además, las pioneras, las que se juegan el todo por el todo, las que la gente juzga y se pregunta:

¿De verdad se atrevió a hacerlo?

Son las que rompen esquemas y crean enfoques ilimitados.

Y son recordadas por crear precedentes.

Estas mujeres, se enfocan, cuentan con una resiliencia, para aguantar todos los combates.

Y es que la vida se convierte en una batalla.

Porque una mujer resiliente, se va a enfrentar a muchos tabús y va a abrir caminos y brechas, por donde otros, sólo encontraron obstáculos.

Y con el tiempo, cuando los demás se acostumbran, a ver a una mujer, en su lucha, su vida empieza a fluir, la misma inercia, la lleva, al día a día,

Y aprende a tener un estilo.

Tanto para pedir, como para dar.

Puedo decir, que el estilo de Amelia, es muy actual.

Muy práctico y con clase.

Con un espíritu aventurero.

Y es que, si vemos a la vida, como una aventura, entonces, no dejamos de sorprendernos.

Y el sorprenderse, es increíble.

La gente apática y aburrida, que vive por vivir, se pierde la oportunidad del desafío.

Y es el desafío, lo que nos mueve.

Amelia perdió la vida, en uno de sus tantos viajes.

Y pasó a la historia como una pionera de la aviación.

Su desaparición la inmortalizó.

Puedo decir, que todas las mujeres, que guardamos en nuestro interior, un espíritu aventurero, comprendemos, lo que es, jugarse la vida por un sueño.

Y en este mundo, donde la apatía se impone y la estructura nos define, hace que las mujeres, que viven la vida, como un desafío, se consideren mujeres insumisas.

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