El pasado 9 de octubre, la organización que reúne a profesores y empleados de 25 universidades públicas estatales (la “Benito Juárez” de Oaxaca, la de Zacatecas, la Michoacana entre ellas) iniciaron un paro para pedir que se cumplan los presupuestos, pues no hay para pagar las nóminas de octubre.

El Primer y Único Magistrado, Lic. López Obrador, se molestó bastante. Dijo que ahora sí hay justicia, que no hay “nadie por encima de la ley”, que “la autonomía de las universidades no puede usarse para mal administrar el dinero sagrado del pueblo”, y les advirtió que si creen que “nos agrupamos y va la huelga” se convierten en un “grupo de presión y así no es ya la cosa”.

Para rubricar, les advirtió que no cederá a “chantajes aunque se pare todo el país porque no se puede dar dinero a diestra y siniestra”. Diestra ya no ha dicho nada. Siniestra, en cambio, demostró en cómo sí es la cosa.

Unos días antes, el 30 de septiembre, los jóvenes de la Normal Rural “Lázaro Cárdenas del Río” de Tenería, armados de palos y piedras y destruyendo equipo de la terminal, se robaron 66 autobuses y secuestraron a sus choferes. Los requerían para trasladar a los normalistas rurales del país a conmemorar la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa y el aniversario del 2 de octubre. (Habrá quien recuerde que los jóvenes desaparecidos de Ayotzinapa habían ido a Iguala a secuestrar camiones y choferes para trasladar normalistas a la Ciudad de México para conmemorar el 2 de octubre.)

El 8 de octubre, los normalistas de Tenería usaron los autobuses para ir a la Secretaría de Gobernación (SEGOB), donde fueron recibidos de inmediato. Exigieron que se les garantice a todos sus egresados (y egresan todos: los exámenes son represivos) el pase automático a plazas docentes vitalicias. La SEGOB ordenó que se abrirán 84 plazas magisteriales y que los normalistas rurales tendrán “prioridad” en la asignación de plazas. En agradecimiento, los normalistas aceptaron liberar autobuses y choferes y ya no expropiar casetas de peaje para quedarse con el ídem.

La SEGOB dijo que “los métodos no son los mejores”, pero que son usos y costumbres justificados por la indiferencia de las autoridades de antes y que ahora es distinto. El 9 de octubre, López Obrador dijo que “ya se resolvió” el problema y que al día siguiente diría “si hay infracción o no hay infracción” en robar autobuses y secuestrar choferes. El día 10, los de Tenería liberaron 65 choferes y autobuses y conservaron sólo 30. Todo indica que no hubo infracción y que por encima de la ley (casi) nadie.

El mismo día 10, las jóvenes de la Normal Rural “Carmen Serdán” de Puebla secuestraron sólo cuatro autobuses para traer a los normalistas de Ayotzinapa y de Tenería deseosos de apoyarlas en su paro para destituir a los directivos de su normal, ya que no satisfacen sus necesidades “asistenciales y académicas”. Aprovecharon para tomar una caseta y expropiar el peaje. (Mañana se sabrá si hubo o no hubo infracción.)

El viernes 11, los normalistas de Tiripetío bloquearon la carretera Morelia-Pátzcuaro y nacionalizaron sólo cinco autobuses para ir a Morelia a exigir aumento de becas y bonos y que el Estado les garantice plazas magisteriales vitalicias cuando se gradúen. (Algún día se sabrá si hubo infracción o no.)

Todas estas actividades académicas forman parte de “Octubre Combativo 2019”, como lo declaró la Federación de Estudiantes Campesinos Socalistas de México (FECSM), que privatizó hace años las normales rurales. Es la misma FECSM que ordenó a los de Ayotzinapa ir a Iguala hace cinco años, y a los de Tenería ir a la UNAM hace cuatro. Nada de infracción.

La Cámara de Autotransporte declaró que por el secuestro de los 96 autobuses se cancelaron 150 corridas que perjudicaron entre 15 y 20 mil personas al día. En lo que lleva este año han levantado actas por el despojo de 350 autobuses, lo que agravia a una actividad que genera 3 mil 500 empleos directos y 10 mil indirectos. No hay infracción.

A la FECSM no parece importarles mucho cómo le fastidian la vida cotidiana a esas miles de personas que necesitan autobuses. Ni los profesores y trabajadores universitarios que pensaron parar actividades ni los choferes secuestrados ni sus familias que dejan de verlos durante días han bloqueado carreteras ni secuestrado autobuses ni nada.

Tampoco han sido recibidos en la SEGOB. Obviamente, hubo infracción.

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