Sin pretender caer en el ejercicio vulgar de polarizar posturas por estar o no de acuerdo con las políticas públicas, sin el afán de atacar a la 4T sólo porque vuela la mosca, y sí en el espíritu de explicar , expongo:

El Comité Olímpico Internacional genera, en el ciclo comprendido entre 2016 y 2028, poco más de 12 mil millones de dólares. Corresponden a cuatro Juegos Olímpicos, desde Río 2016 hasta Los Ángeles 2028, pasando por Tokio 2020 y París 2024. Esto se traduce en tres mil millones de dólares por cada edición. Sus principales motores de ingresos son los derechos de transmisión. La NBC pagó siete mil 750 millones de dólares para Estados Unidos; Discovery los adquirió para Europa, a razón de mil 300 millones de dólares. Para el resto del mundo son mucho más baratos, pero están en alrededor de 700 millones de dólares.

Claro, tienen patrocinadores que les dejan más dinero. Por supuesto que todo eso no va sólo a las arcas del COI, hay gastos como la organización de los Juegos de la Juventud y lo que representa la extraordinaria producción audiovisual de los Olímpicos, lidereada por el productor Manolo Romero, creador de la empresa Olympic Broadcasting Services (OBS).

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Entendiendo esto, ¿qué son los Juegos Olímpicos ? Una franquicia. Es como comprar una licencia de McDonald´s o un Pizza Hut. Tokio, en su balance final de inversión para la organización de los Olímpicos, ha cerrado números en 15 mil 400 millones de dólares, de los cuales ni un maldito dólar ha puesto el COI.

Entonces, si quieren hacer la fiesta de la humanidad y dar el banderazo de salida a una nueva era, post pandemia, y entregar un mensaje maravilloso al planeta, ¿por qué carajos no se hacen cargo de las vacunas de los atletas?

El COI

todo quiere y nada da. Ellos son la maquinaria perfecta para hacer dinero y navegar con la bandera de la humanidad. Cuando se trata de ayudar, se hacen de la vista gorda y responsabilizan a los Gobiernos.

Por eso, es inentendible que el presidente López Obrador dé prioridad a los atletas para su vacunación. Es privilegiar a quienes deberían esperar, según los tiempos del Gobierno Federal . Vaya, es como regresar al pasado, y enseñar que ahora los ricos y poderosos no son los privilegiados, son los atletas y directivos del deporte, porque varios de los presidentes de federaciones mexicanas serán parte de esto.

No debemos estar en contra de que se apliquen las vacunas, pero sí debería asumir este gasto el Comité Olímpico Internacional. Si quieren su fiesta, que inviertan en lo principal, en los atletas. El COI va con la farsa de que le importa la paz y la humanidad, pero nadie en el seno de esta organización es capaz de reconocer que los Olímpicos son su gran negocio, y no tiene nada de malo, pero ¿por qué no asumir la responsabilidad de comprar vacunas para atletas, entrenadores, grupos multidisciplinarios, directivos y periodistas? Al final, son los que hacen los Olímpícos , mientras Tokio sólo observa, sólo observa.

gerardo.velazquez@eluniversalbgwire.com.mx

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