“Cerrar la puerta a los hispanos no es muy estadounidense”, expresa el autor y trato de recordar cuántas novelas mexicanas he leído sobre la vida política norteamericana. La verdad no lo sé. Y aquí tenemos al mazatleco Jorge Zepeda Patterson, que no pudo resistir la tentación de un político absolutamente tóxico como Dan Thompson, cuya presencia tuitera en la novela hace pensar en personajes reales que solo usted se atreverá a develar. El Dilema de Penélope fue publicada por Planeta en México en noviembre 2022. La semana pasada fue presentada en la FIL Culiacán 2023, por el gobernador Rubén Rocha Moya y nos convenció de que debíamos leerla. Ni más ni menos.

La novela inicia en Los Angeles, California. Penélope Hunt, una mestiza hija de mexicana y escandinavo. Una vikinga alta, hermosa y de cuerpo perfecto, es contratada para dirigir un centro de apoyo y educación para chicanos. Eso la pone en contacto con pandilleros tatuados, con sus madres, con un vendedor de sustancias de todo tipo. Raza pura. Hace amistad con el cabecilla, Saúl. En Washington, una célula de apoyo a Thompson planea la operación Nibelungos, que pretende asesinar ancianos y niños blancos para que culpen a los chicanos, eso le encanta a Thompson que es un expresidente que está maniobrando para ocupar de nuevo la Casa Blanca. Vean este tuit: “Evitemos que nuestras hermosas ciudades se conviertan en un gueto. Paremos la migración, fuera los ilegales”. El plan resulta un éxito. Pronto el odio de los blancos por los morenos se hace notable. Paralelamente, las pandillas angelinas se empiezan a aniquilar entre sí. La gente de Thompson difunde con placer que deben ir con todo contra “las hordas bárbaras del sur”. Sólo queda dos cabos sueltos. Les cedo el placer de descubrirlos.

En medio del aquelarre, Penélope Hunt alcanza a escapar en un viaje por carreteras secundarias y pueblos que la llevan a la capital del país. Con el más puro estilo negro, el novelista narra una historia que oscila entre el drama, el terror y el profundo sentimiento de sentirse inútil. Cada capítulo, cada atmósfera y cada movimiento, transcurren seductores; además de la temática, por la manera en que son desarrollados por un autor que conoce el género y no carece de ingenio para utilizar todos los recursos a su alcance. Tienen que saber de Spencer, Fitzgerald, Manchado y sobre todo de los egresados universitarios Page y Mason, amigos desde la carrera, pero separados por sus trabajos. El primero es asesor del grupo de Thompson, Mason un académico brillante a quien Matilde ama locamente. Mason hace declaraciones a favor de los hispanos en TV que llaman la atención de Page y sus amigos. Penélope escucha sus ideas y llega a Washington en su busca. Sin embargo, Mason teme. Se niega a revelar su fuente con Page y también con la Vikinga azteca. Ya verán los recursos que empleó el autor para trabajar esta parte, la más compleja y apasionante de El Dilema de Penélope. ¿Cuál es ese dilema? Intente descubrir en cada capítulo el trazo verdadero que el autor escatima todo lo posible para que nadie lo advierta.

Aparece un periodista, Tom Kravis, que investiga sobre la operación Nibelungos y lo asesinan, ¿por qué matar a un periodista? “La mejor mentira es aquella que se construye con la verdad”, expresa el autor, como un emblema maldito, sobre todo para aquellos apasionados que quieren informar qué se oculta bajo las alfombras. Léala. Podría ser su novela del año.

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