La extraña frase del encabezado de esta columna (“Esto acabará con aquello”) aparece en una de las novelas más famosas del mundo: Nuestra Señora de París (1831), concebida y ejecutada por Victor Hugo (1802-1885) como un homenaje a la catedral de París y a la ciudad donde se asienta el edificio venerable. Nuestra Señora comenzó a levantarse en el siglo XII y su construcción abarca por lo menos ocho o nueve siglos. La frase que le da título a estos renglones, pues, puede leerse en los capítulos 1 y 2 del Libro Quinto de la historia de la gitana Esmeralda y el deforme Quasimodo, del poeta Pierre Gringoire y el archidiácono Claude Follo.

Ya todos sabemos que la catedral de Nuestra Señora ardió el 15 de abril de 2019. Al vincular el libro decimonónico al edificio medieval, el historiador Adrien Goetz ha escrito sobre ese desastre de la civilización un libro único: Notre-Dame de la humanidad. Es un texto breve y sustancioso, compacto y de lectura fluida, con los rasgos de una buena monografía y de una no menos buena crónica periodística. Lo tradujo el joven editor español Unai Velasco y lo ha dado a conocer en México Vaso Roto, la casa dirigida, con lucidez y generosidad, por Jeannette Lozano dentro de su colección Cardinales.

Según leemos en la novela de Victor Hugo, “Esto acabará con aquello” es una frase pronunciada con dos objetos singulares a la vista: un libro impreso y la catedral parisién. “Esto” es el libro; “aquello” es el edifico eclesiástico. Es como si se dijera: el libro destruirá la religión y sus obras, la imprenta será el verdugo de la arquitectura. ¿Por qué? Victor Hugo lo explica: el saber democratizado —cuyo instrumento de difusión es el libro— destruirá los cimientos irracionalistas de la fe ciega. Simplifico bárbaramente, desde luego; pero tal es el núcleo de esa idea, que me parece interesantísima.

También puede entenderse literalmente: el objeto llamado “libro” acabará con el objeto llamado “catedral”. Es aquí donde interviene el historiador del arte Adrien Goetz para explicarnos algunos hechos innegables y asombrosos del siglo XIX francés y de sus consecuencias en el siglo XXI, a la luz cegadora y desesperante del incendio de abril.

La catedral de Nuestra Señora de París no resultó, por supuesto, destruida por un libro sino más bien todo lo contrario: fue rescatada por la novela de Victor Hugo del estado de abandono en que se encontraba. El libro salvó a la catedral y gracias a ello pudo volver a su esplendor en el siglo XIX gracias al arquitecto Eugène Viollet-le Duc, a cargo de los trabajos que él dirigió con acierto. A él se debe la Flecha que fue destruida por las llamas el año pasado ante el azoro unánime de quienes vimos la escena, millones por televisión y varios miles de franceses en el lugar mismo de los hechos, junto a las aguas del río Sena.

El libro de Goetz apenas rebasa las 100 páginas y es verdaderamente estupendo.

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