, gran escritora portuguesa que por estos días visita el país, vivió una muy mala experiencia desafortunadamente típica de la Ciudad de México. El pasado domingo 19 fue prácticamente asaltada por un taxi que la trasladó del Museo Nacional de Antropología al Hotel Royal Pedregal, por el sur de la capital. Nos cuentan que la escritora recuerda al vehículo como un coche viejo rosa con blanco, conducido por un individuo amable que le calculó la tarifa en “sólo” 712 pesos, ya de por sí un abuso que la maestra Lidia aceptó pagar sin entender que le estaban dando un servicio muy caro. Dijo que no llevaba suficiente efectivo, pero el taxista le ofreció cobrarle con terminal para tarjeta... Ella y su asistente, quien también iba en ese viaje, finalmente llegaron al Hotel Royal Pedregal alrededor de las 17:35 de la tarde, a las 17:37 el chofer le hizo el cobro con tarjeta, pero no por 712 pesos sino por 7 mil 100. Lidia Jorge no se dio cuenta del robo hasta que minutos después vio el cobro digital. Invitada por la UNAM a dar una conferencia y después con actividades en Morelia y la FIL de Guadalajara, nos cuentan que hasta ahora nadie ha atinado a orientarla sobre cómo denunciar su caso. Sabemos que tiene los comprobantes digitales y las horas del recorrido para revisar cámaras y ver las placas del vehículo. ¿Alguien podrá ayudarla? En esta ciudad pasan cosas tan malas, por más que la propaganda oficial diga lo contrario, que ante un caso así hay quienes sólo atinan a decir la muy tercermundista frase: “Uf, al menos sólo fue dinero, pudo haber sido peor...” Y sí, Lidia Jorge tuvo “suerte”, porque sólo perdió dinero, pero otra mujer, mexicana o extranjera, podría ser víctima de otra cosa a manos de ese delincuente al volante.

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