Nos cuentan que cuando la salió este sábado al escenario de la Sala Principal del, éste estaba inusualmente sucio. ¡Ni una trapeadita le dieron! Algún despistado pensará que, más que tratarse de una falta de respeto para el público y los artistas, el descuido del personal de mantenimiento quizá sea un hecho aislado.

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Lo preocupante es que son muchas las quejas por el abandono de los baños del primer piso, por la cantidad de focos fundidos en los pasillos y áreas públicas y algo más grave aún: lo percudidos que están los grupos escultóricos de mármol que hay en la fachada del Palacio. ¿Será que la austeridad franciscana ya eliminó también el presupuesto que había para limpiarlas periódicamente y evitar que el cochambre cause graves estragos en la porosidad del mármol? Si una parte del patrimonio material que se resguarda en su infraestructura no tiene los cuidados requeridos, tal vez sea mucho pedir algo tan simple como limpiar la Sala Principal antes de un concierto y evitar que el público ingrese a ella con alimentos y bebidas. Si son incapaces de vigilar algo tan elemental, igual y es cierto que, por falta de mantenimiento, ya son muchas cosas las que están a punto de colapsar en Bellas Artes, como la mecánica teatral y hasta la nueva concha acústica. Lo visible para el público parece ser apenas la punta del iceberg.

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