En la Facultad de Música (FaM) de la UNAM las cosas se pusieron feas en los últimos días. Quien revise el Facebook de la FaM se dará cuenta primero que al parecer nunca pararon, aunque las instalaciones estuvieron tomadas por los trabajadores, pero también los estudiantes pusieron sobre la mesa algunas denuncias de acoso por parte de las autoridades. La institución publicó un comunicado en días recientes en el que se informa que, tras un proceso de negociación, el personal de base entregó las instalaciones por lo que todo siguió, al parecer, viento en popa desde el 25 de marzo. La gran pregunta, ¿a qué se está cediendo? Dos semanas cerró la FaM y habrá quienes digan que todo ya quedó arreglado. Pero nos cuentan que el sindicato tiene la sartén por el mango y que la FaM es una bomba de tiempo. Para empezar, nos cuentan que los trabajadores sindicalizados pidieron pagos que no merecían, demanda que justifican porque así los han recibido de forma histórica. Se habla de un presupuesto millonario del que nadie sabe nada. Lo realmente cierto es que el día de ayer, 27 de marzo, la Facultad emitió un nuevo comunicado donde llama a la comunidad a “proceder en la resolución de sus conflictos bajo los principios de respeto mutuo y salvaguarda de la dignidad humana” y los conmina “a no realizar actos de violencia social, verbal o psicológica que vayan en detrimento de la integridad moral o física”. Las cosas pues, están lejos de resolverse. Nos cuentan.
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melc
