La utilización de financiamiento de proyectos de infraestructura (FPI) se ha extendido paulatinamente debido a que el costo de inversión de los grandes proyectos de infraestructura es cada día más cuantioso y requiere del desarrollo de esquemas novedosos. Además, la tendencia mundial de participación de la iniciativa privada de los proyectos de importancia considerable como las obras de infraestructura, y que al mismo tiempo busca no afectar la capacidad crediticia de las empresas, ha creado la necesidad de utilizar las técnicas del financiamiento de proyectos para mantener la deuda asociada con éstos fuera de los estados financieros.

Por Enrique Baena 0rdaz 

En el FPI se establece una compañía para desarrollarlos, genéricamente conocido por sus singlas en inglés como una SPV (Special Purpose Vehicle) sin importar si ésta es una corporación, una sociedad, una asociación en participación o una entidad legal extranjera.

El FPI es el proceso mediante el cual la compañía desarrolla credibilidad, permitiéndole acceder a los mercados financieros. En primer término se analiza el riesgo del proyecto de forma metódica y sistemática, a su vez, se desarrolla un modelo financiero específico con los parámetros endógenos y exógenos para cuantificar los efectos de los posibles riesgos. Finalmente, se diseñan los contratos en los cuales se transfieren los riesgos inaceptables, desde el punto de vista de los acreedores del proyecto, a las partes contratantes, los cuales deben contar con solidez de crédito para cumplir con los compromisos contemplados. Además, se toman los seguros y garantías necesarias para cubrir los riesgos identificados y se diseñan los esquemas que permitan transferir el riesgo de variabilidad en el flujo de efectivo del proyecto a las partes contratantes. La combinación de estos contratos estabiliza el flujo de efectivo y crea la solidez del proyecto.

La mejor forma de resolver estas cuestiones es definir una clara jerarquización de los objetivos, desarrollar un estudio de mercado, un estudio técnico de factibilidad, así como un reconocimiento del mercado financiero. Se debe practicar la disciplina de preparación y utilización de un presupuesto y calendario.

Una vez realizada la definición y análisis inicial del proyecto, es necesario estudiar si éste cuenta con los elementos que lo pueden hacer exitoso. La experiencia ha demostrado que un proyecto con éxito generalmente cuenta con las siguientes características:

• Viabilidad comercial y económica sólida.

• Tecnología comprobada.

• Experiencia técnica y operativa disponible.

• Ambiente político y regulatorio positivo o estable.

• Cumple con los criterios ASG (ambientales, sociales y de gobernanza).

• Patrocinadores con experiencia y con solvencia crediticia.

La experiencia que se obtiene en el proceso de FPI, combinada con las habilidades en la identificación y análisis de riesgos, se convierte en un elemento de gran valor para los agentes involucrados en el financiamiento, que permite determinar la posible falta de algún componente fundamental crítico que pueda disminuir las oportunidades de conseguir el financiamiento. Posteriormente, se busca la parte que proporcione el elemento crítico faltante, o en su defecto, se deben estudiar las alternativas para mitigar éste. En esta etapa cabe la posibilidad de que otro participante proporcione lo que se necesita.

Una vez que se lleven a cabo los estudios de factibilidad técnica y de mercado, se puede empezar con el desarrollo del plan financiero, el cual no es más que el resultado de un modelo de proyecciones financieras, que no se debe realizar hasta que se elabore un análisis de costos apropiado y completo. Uno de los errores más comunes en la ejecución de proyectos es subestimar o minimizar algunas categorías de los costos del mismo. Esto puede crear futuros problemas, ya que tales costos por debajo de su nivel real se reflejan en una subestimación inadecuada de los flujos del proyecto, los cuales conforman un aspecto clave para la determinación del monto, plazo y condiciones del financiamiento.

El análisis de riesgos es un ejercicio en el cual se plantean los eventos que puedan afectar al proyecto de tal forma que no se alcance a cubrir el servicio de la deuda y el rendimiento de capital, debido a la insuficiencia en el flujo de efectivo generado por el proyecto. Es muy importante que las posibles causas de insuficiencia del flujo de efectivo sean analizadas y mitigadas con oportunidad.

Una vez que se ha completado el modelo analítico de riesgo y se han definido los posibles mitigantes, éstos deben ser asignados legal y comercialmente a través de negociaciones contractuales, a la parte que sea capaz de consignarlos. Por ejemplo, los riesgos de construcción son asignados al contratista y no al operador; la de suministro de combustible, en cuanto a cantidad y calidad, son asignados al proveedor de combustible.

En algunas ocasiones se comparte un riesgo con más de un participante. Si tal asignación no ocurre por omisión, entonces es asignado en primer término a los accionistas al reducirse el rendimiento de capital y después a los acreedores al disminuir la cobertura del crédito. Si un riesgo no se asigna específicamente y no es contemplado en ninguno de los contratos, no quiere decir que no exista; éste es asignado por omisión al inversionista y/o al acreedor.

El proceso de asignación de riesgos en un proyecto, a través de negociaciones contractuales es prolongado y puede durar meses y en ocasiones años. Todos estos contratos deben estar bien estructurados de manera individual, de tal forma que al momento de considerarlos en conjunto, no se pueda dejar ningún riesgo sin cobertura por los participantes del proyecto.

No existe ningún camino correcto para distribuir los riesgos. Uno de los beneficios más importantes obtenidos con la experiencia en el FPI es la capacidad en aumento para distribuir de la mejor forma el riesgo/rendimiento entre todos los participantes involucrados.

Un modelo financiero es una parte extremadamente importante en el proceso de financiamiento, el cual por lo general es la línea de partida. La función más importante del modelo es cuantificar los diferentes riesgos del proyecto y desarrollar una dinámica de flujo de efectivo proveniente de diferentes escenarios de riesgo. Por lo general se debe analizar qué tanto puede aguantar un proyecto ciertos riesgos, por ejemplo aumentos en los costos de construcción, de operación, de materia prima y retrasos de terminación, antes de que aparezca en él un porcentaje de cobertura

inaceptable. Sin embargo, el uso adecuado del modelo financiero debe ser como un mecanismo de retroalimentación dentro del proceso de negociación de los contratos.

Cuando todos los contratos han llegado con éxito a la etapa final de anteproyecto, el modelo financiero ha sido terminado y actualizado de manera total, y los análisis de sensibilidad del modelo muestran que todos los escenarios razonables de riesgo dan como resultado una cobertura adecuada del servicio de la deuda, entonces puede considerarse que el proyecto ha alcanzado la etapa final de desarrollo.

Finalmente, es importante entender que para financiar cualquier proyecto de infraestructura esto implica un "traje a la medida" de acuerdo a las necesidades del cliente o usuario y al entorno y circunstancias en su momento.

– Coordinador del Comité de Financiamiento del CICM
 

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