El lunes pasado corrió en redes sociales la versión de que el dueño de Grupo México, e interesado en comprar Banamex a Citi, Germán Larrea, retiraba su oferta debido al conflicto abierto que su grupo empresarial tiene con el gobierno federal, luego de la de diversos activos ferrocarrileros, Ferrosur, en Veracruz.

El mismo lunes, fuentes allegadas a la negociación dijeron a varios medios, , que pese al enfrentamiento, Larrea se mantiene en el proceso de compra, pero hoy, en su conferencia mañanera, el presidente López Obrador dio un giro de tuerca a la narrativa:

Si bien negó la versión de la retirada de Larrea, el mandatario no descartó que el gobierno acabe comprando Banamex, con la posibilidad de formar una asociación pública y  privada, porque, en sus palabras “es un negocio redondo”.

De acuerdo con un análisis de Credit Suisse, el costo estimado del banco es de 7 mil 100 millones de dólares. El presidente ha dicho una y otra vez que prefiere que un mexicano se quede con Banamex.

¿Esto es un rescate, un Banamex del Bienestar, una forma de meter presión al dueño de Grupo México? ¿El erario es capaz de afrontar una operación de este tamaño? ¿Quién le da permiso al inquilino de Palacio Nacional para que disponga de las arcas públicas a su antojo? Abróchese los cinturones.

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