El futuro del TMEC y la competitividad de Norteamérica es digital. La competencia con China no dependerá de qué bloque económico tenga la ventaja absoluta de costos, sino de dónde se diseñen los productos del futuro y se establezcan sus estándares. Ese éxito digital es mucho más probable a través de una integración norteamericana más profunda, de cadenas de suministro más eficaces, profundas y resilientes.

Y esto es más relevante que nunca ya que la competencia con China pasó de ser un pulso medido en términos de déficits comerciales a una carrera tecnológica y digital. Por ello es muy importante que el presidente mexicano haya articulado en Washington la necesidad de mayor sinergia y tracción norteamericana frente a China.

Pero al final del día, para que la competitividad global de México, Estados Unidos y Canadá se haga realidad, los tres socios verdaderamente tendrán que aprovechar el tamaño del mercado en América del Norte, su disponibilidad de talento, su mano de obra altamente productiva, la libre asignación de capital, su oferta agrícola complementaria, un mercado energético eficiente, integrado y basado en energías renovables y Estados de derecho fuertes con sistemas democráticos liberales: de pesos y contrapesos reales, abiertos y plurales.

Sin estos factores como vertebradores no solo de la diplomacia regional sino también de las propias políticas públicas internas, particularmente las mexicanas, esa visión simplemente no cuaja.

 Exembajador de México en Estados Unidos

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