A diferencia del mar del periodismo barato, en ocasiones pagado y putrefacto, y del mundillo soez de las noticias falsas, las entrevistas aportan datos reales, interesantes. El ideario de quien dialoga con el entrevistador y sus opiniones quedan expuestos al juicio de los lectores. Son reales. no mienten. Si quien entrevista lo hace con solidez, es decir, tras leer o estudiar “a fondo” a su interlocutor, el resultado invita; invita a hurgar en la producción de quien dialogó y compartió sus experiencias. El origen eléctrico de todas las lluvias. Entrevistas con escritores, artistas y pensadores (Taurus, 2020), de Alejandro García Abreu, con prólogo de Claudio Magris, muestra la labor depurada del entrevistador: preguntas precisas, claras, agudas e inteligentes, siguiendo un orden lógico y riguroso conforman un libro imprescindible, tanto por su calidad como por el número y trascendencia de las personas elegidas.

García Abreu se acercó a treinta y dos personas “vitales”. Disecar el mundo a través de ellos permite mirar más allá. Leerlos obliga: sus reflexiones desmenuzan numerosos aspectos del mundo de ayer y del actual. Bien escrito, ameno y claro, Alejandro expone un universo inasequible. Abrir y compartir las visiones de tantas personas no es frecuente. Ignoro si hay en nuestra lengua textos recientes en donde se entreviste a treinta dos intelectuales. Desfilan por el libro diversas miradas. Dominan escritores —quizás por sesgo, García Abreu es escritor—, acompañados por fotógrafos, un economista, un pintor —nuestro admirado Vicente Rojo—, filósofos, una ensayista y una crítica literaria, asentados u originarios de Francia, Estados Unidos, Israel, México, Chile, España, Angola, Argelia, Rumania, Suiza, Portugal, Países Bajos, Turquía, Serbia, Yugoslavia y Checoslovaquia.

Las mezclas, lo sabemos, no lo practicamos, enriquecen. En un mundo tan disminuido y ensimismado por las satrapías políticas cotidianas, y las quasi incontables muertes debido al Covid-19, el libro ofrece un panorama esperanzador. El escenario de El Origen Eléctrico…, cuya mezcla, representada por pensadores multifacéticos, nutre, tanto por los saberes de los entrevistados como por los diferentes países de orígen, a lo que debo agregar que, todos, salvo Rojo, viven: hablar en presente y otear la realidad y a la humanidad de frente, le otorga a la voz del interlocutor muchas voces.

En el prólogo, Claudio Magris, escritor y profesor escribe, “La entrevista, en particular, pero no solamente la literaria, es un verdadero género literario. Es un texto en el que quien realmente cuenta no es aquel que responde sino, sobre todo, el que plantea las preguntas, las interrogaciones puntuales, porque si las inquisiciones son poco significativas no es posible ninguna respuesta con un significado. Las entrevistas, en efecto, pertenecen a aquellos que las traman”. García Abreu cumple con creces: penetra el mundo de los entrevistados, exprime sus vivencias, los confronta con sus obras y contextualiza sus quehaceres en el mundo contemporáneo. Y lo hace bien: el lector conoce al entrevistado sin conocerlo. En la cuarta de forros Juan Villoro, Emmanuel Carrére, Enrique Vila-Matas y Mercedes Monmany, figuras imprescindibles en el baúl contemporáneo de las ideas coinciden: García Abreu realizó un gran trabajo.

Señalo dos pifias. Una “muy” actual: el desbalance entre hombres —veintisiete— y mujeres —cinco— es incorrecto. Asimismo, deploro que sólo un mexicano, Vicente Rojo, forme parte de la trama García Abreu.

El origen eléctrico de todas las lluvias… es un libro armado con pasión. Saltar de una entrevista a otra, degustar o no concordar con alguna idea, abre un panorama sabroso. Adentrarse en otros universos descubre nuevos universos. Así la vida, así el conocimiento. Ambos infinitos.

Médico y escritor

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