Del 30 de noviembre al 12 de diciembre de 2023 se celebrará en Dubai una nueva cumbre de la COP, el máximo órgano de toma de decisiones sobre cuestiones climáticas del mundo. La cita volverá a poner a prueba la capacidad para acelerar la transición hacia un nuevo modelo económico sostenible, inclusivo y justo, con bajas emisiones de carbono y generador de prosperidad, en medio de un contexto de emergencia climática e incertidumbre geopolítica.
La agenda del encuentro, al que se espera que asistan unas 70.000 personas, abordará cuatro temas centrales. El principal pasa por reducir significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero antes de 2030. No se trata solo de avanzar en la reducción progresiva de combustibles fósiles (un 25% en la próxima década), sino también de acelerar la construcción del sistema energético del futuro. Desde diversas instancias, se exige de la COP28 un compromiso mundial para triplicar la capacidad de energía renovable en todo el mundo hasta alcanzar los 11.000 GW para 2030, entre otros objetivos.
Para lograrlo, hará falta que la COP28 pueda avanzar en el segundo asunto clave de la agenda: cumplir promesas previas y establecer el marco para un nuevo acuerdo de financiación climática para los países en desarrollo. La actual arquitectura financiera internacional está fragmentada y ofrece soluciones insuficientes. Los países en desarrollo necesitan más de 2,4 billones de dólares de inversión anual en acción climática para 2030. Estos acuerdos de financiación deberán transformarse para lograr resultados a esta escala y funcionar mejor como sistema. Los países en desarrollo exigirán una reestructuración del Banco Mundial y sus afiliados y mejorar su acceso a más financiación en condiciones más favorables.
El tercer tema de la agenda será poner la naturaleza, las personas, las vidas y los medios de vida en el centro de la acción climática. Las nuevas medidas sobre adaptación, pérdidas y daños deberán tener como objetivo promover acciones reales para generar resiliencia y contribuir al desarrollo sostenible. Será importante la puesta en funcionamiento del nuevo fondo de financiación para pérdidas y daños establecidos en Sharm El Sheikh, para garantizar el apoyo a quienes enfrentan impactos climáticos a los que no pueden adaptarse.
Finalmente, el último foco de la COP28 será apostar por la inclusión. La presidencia de la COP28 se ha comprometido a continuar trabajando en colaboración con mujeres, pueblos indígenas, comunidades locales, jóvenes, actores subestatales y organizaciones religiosas para garantizar sus contribuciones a lo largo de sus programas y resultados.
La preparación de esta cumbre trascendental ha venido acompañada de cierta polémica. Primero, por la elección de la sede: Emiratos Árabes Unidos es uno de los principales productores de combustibles fósiles e impone severas restricciones a las libertades civiles. Luego, por su presidente: Sultan Al Jaber es el director ejecutivo de la Abu Dhabi National Oil Company, una de las compañías petroleras más grandes del mundo, con el posible conflicto de intereses que eso implica (aunque esto también podría contribuir a mantener a las empresas de combustibles fósiles en la mesa de negociaciones). Tampoco juega a favor el turbulento contexto geopolítico global, poco propicio para la firma de grandes acuerdos. Pero lo que se decida -o no- en la cumbre marcará el futuro de la humanidad para las próximas décadas.
Director de la Cátedra Liderazgos y Sostenibilidad de Esade