Una pequeña aproximación a la acción práctica colectiva de las mujeres frente a las convenciones dominantes: “Mujer, si te han crecido las ideas, de ti van a decir cosas muy feas. Que, que no eres buena, que, que si tal cosa, que cuando callas te ves mucho más hermosa”. Poderosa canción de Martín Casado, que interpretaba Amparo Ochoa (el lejano 1976).

1. En nuestra América, en ese 1976 que enlutó más todavía el Sur americano, comenzaba a germinar la acción de las denominadas “Locas” (las Madres de Plaza de Mayo). Locas por enfrentarse a la caballería, a los falcons verdes encargados de levantar y desaparecer a cualquier sospechoso –disidente o no, jalaban parejo-, por denunciar al régimen militar en el momento de más fortaleza de los militares, por demandar la aparición con vida de los desaparecidos, y, en esos tiempos de terror, “ejemplo de salud mental, porque ellas se negaron a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria” (Eduardo Galeano).

2. Las mujeres del pañuelo verde, que simboliza el Derecho al Aborto Legal Seguro y Gratuito de la Argentina, y continuidad del pañuelo blanco de las Madres de la Plaza de Mayo. Del otro lado, en la acera del sinsentido, Lilia Lemoine (“ahora estoy disfrazada de candidata” de La Libertad Avanza, es decir, de Javier Milei), señalando que el aborto es un “privilegio de matar a sus hijos y renunciar a ser madres”, “¿Por qué los hombres por ley tienen que mantener a una criatura porque quizás le dijeron: ‘Sí, sí, acabá adentro que tomo la pastilla’ o le pinchan un forro?”. Una pregunta que le quita el disfraz.

3. La acción colectiva de las mujeres por la muerte en manos de policías de Mahsa Amini, jovencita de 22 años, detenida y golpeada y asesinada (¡¡qué rabia!!) por no llevar bien colocado el hiyab o velo islámico. Son expertos los policías en generar problemas cardíacos (Amini recientemente, un poco más atrás, el argentino Facundo Molares, antes George Floy et al ad infinitum). La carátula periodística del crimen de Amini es similar a la de Infobae con lo de Molares (10/08/2023): “Murió de un paro cardíaco el hombre que había sido hospitalizado tras los incidentes en el Obelisco”. En el asesinato de Amini la narrativa periodística señalaba que “sufrió un repentino problema cardíaco”. La vileza y mentira como prácticas ordinarias en los medios hegemónicos.

4. Movimiento de mujeres palestinas y judías por la paz, demandando el fin del derramamiento de sangre en el conflicto palestino-israelí.

Guernica
Guernica
Gaza
Gaza

El bombardeo sin piedad de Guernica exponencialmente e históricamente multiplicado en Gaza, casi nos hace adelantarnos a las palabras de León Felipe

El encadenamiento que atraviesa todas estas experiencias eslabona la disidencia frente al autoritarismo y el pensamiento conservador.

Vayamos a la Argentina en tensión este 22 de octubre, en horas, donde Milei encarna ese término que tanto le gusta usar a él: “el maligno”. En las elecciones argentinas, la fuerza de Milei se concentra en los grupos de 16 a 34 años, según encuestas, con un 43.6%. Allí es donde tiene su bastión, en un segmento poblacional en el que dominan los hombres. Sumemos a la complejidad que una parte significativa de mujeres no ejerció su derecho al voto, en el ejercicio electoral en el que se definieron a los candidatos en las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO).

Aquí se concentra el valladar, en la fuerza y capacidad de organización de las mujeres (versus Lemoine) parte de la prueba de fuego de las mujeres de los Pañuelos verdes, y los Pañuelos Blancos (versus Victoria Villarroel, candidata a vicepresidenta con Milei, dueña y señora de su apología de la dictadura), las que se oponen visiblemente –pero hay muchas más, parte de la mitad del mundo- al mesianismo patriarcal y autoritario que se cubre con el velo liberal, con el que disfrazan su autoritarismo y falta de consistencia; insisto, con el velo de que no son “manada”: “Nos vanagloriamos de nuestras diferencias” (Milei dixit). Pensando en Milei y la descompostura del mundo moderno (el mundo palestino atravesado), vale recordar al León Felipe de Qué pena: “Los mismos hombres, las mismas guerras, los mismos tiranos, las mismas cadenas, los mismos farsantes, las mismas sectas […] ¡Qué pena, que sea así todo siempre, siempre de la misma manera!”.

Pensando al revés de Vincent de Gaulejac (2006), aunque se concibieron en lugares distintos y sin que mediara concertación alguna, estos elementos de la acción práctica colectiva de las mujeres poseen características comunes frente a las concepciones autoritarias y conservadoras.

(Profesor UAM)

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