Probablemente una de las cintas sobre el tema del aborto más brutales que se han filmado es 4 Meses, 3 Semanas, 2 Días (2007), del rumano Cristian Mungiu, donde se narra la odisea de terror que viven dos mujeres cuando una de ellas decide abortar en Rumania, en la década de los 80, cuando el aborto estaba prohibido y penado por la dictadura de Nicolae Ceaușescu.

En aquella cinta, el par de amigas no solo tiene que lidiar con la siempre difícil decisión de no continuar con el embarazo, sino además deben huir de la ley, esconderse en una sucia habitación, contactar a un doctor que haga el procedimiento sin reportarlo a las autoridades, y un largo etcétera de auténtica pesadilla.

En su ópera prima, Never Rarely Sometimes Always (2020), la cineasta Eliza Hittman narra básicamente la misma historia, pero a diferencia del tremendismo de Mungiu, la novel directora recurre a un tono mucho menos dramático pero sin recalcar el absurdo de las leyes antiaborto, que no hacen sino criminalizar a las mujeres por decidir sobre sus cuerpos y obligarlas a embarcarse en odiseas indesibles en su intento por hacer el procedimiento en un lugar digno y limpio.

Autumn (Sidney Flanigan) es una adolescente de 17 años que vive en Pennsylvania. No es precisamente la más popular de la escuela pero es buena tocando la guitarra. De familia humilde, trabaja junto con su prima Skylar (Talia Ryder), como cajera en un supermercado.

Un día Autumn se siente mal, va al doctor y resulta que está embarazada. Decide que no está lista para ser madre, pero en Pennsylvania no hay clínicas donde pueda atenderse, su única opción es ir hasta Nueva York. Sin pensarlo mucho, su prima se roba el dinero de una de las cajas del supermercado y sin decirle a sus padres ambas se van a Nueva York.

Con un estilo que remite al de los hermanos Dardenne (Dos Días Una Noche, El Silencio de Lorna) -historias de mujeres al borde en una situación límite que pone en prueba su determinación- somos compañeras de viaje de estas dos chicas cuyo recorrido se complicará más de lo que estaba planeado.

El guión de la propia Eliza Hittman elude en todo momento el melodrama pero no evade lo inhumano de la situación: ¿acaso es necesario que la sociedad siga reprimiendo así a las mujeres?, ¿es justo que se les criminalice por decidir sobre su cuerpo?, ¿es necesario que las jovencitas tengan que ir a escondidas, solas, en un viaje interestatal para poder hacer el procedimiento en condiciones humanas?

¿Por qué la decisión de una mujer se debe convertir en una peligrosa hazaña?

Con una economía de diálogos, Never Rarely Sometimes Always arma su argumento en favor de la emancipación femenina sin encendidas emociones, no es necesario tal despliegue porque rápidamente el viaje de este par de mujeres se convierte también en nuestro viaje.

En la mejor escena de la película (aquella que le da título a la cinta), la cámara fija en la protagonista y la respuesta a un interrogatorio de rutina demuestra que la decisión de Autumn no podría ser más difícil, y como tal sigue siendo una completa aberración que la sociedad insista en castigar a estas mujeres que osan decidir sobre sí mismas.

Esta cinta fue la ganadora en la competencia del Festival de Cabos 2020 y se puede ver en Cinépolis Klic, o Apple Tv.

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