¿Es demasiado pronto para divertirnos a costa de la pandemia? Para el director coreano Jae-rim Han no existe impedimento alguno, todo lo contrario, es el momento perfecto para hacerlo. Su más reciente filme (quinto de su filmografía) Bisang seoneon (Emergencia en el Aire por su título en español) es una mezcla de dos paranoias que dejaron marcada a la humanidad: el 9/11 y la pandemia.

Así, Emergencia en el Aire (Bisang seoneon, Corea del Sur, 2021) es una eficaz cinta de desastres con tintes de thriller policial, que a pesar de seguir a pie juntillas la fórmula clásica de ambos géneros, resulta en un viaje de tensión constante y giros inesperados que contagia (¿o nos recuerda?) la paranoia y el terror pandémico.

Siguiendo la fórmula de rigor, la película nos va presentando uno a uno a los protagonistas de esta historia: Kang-ho Song (la estrella de Parasite) como el veterano pero aguerrido detective, Byung-hun Lee muy preocupado y ocupado padre de familia que viaja con su pequeña hija, las siempre atentas azafatas así como los aguerridos pilotos y, al final, un extraño pasajero (Si-wan Yim, estrella de K-pop en la vida real) que compró su boleto pidiendo a la señorita del mostrador que lo trepara al avión más lleno que tuviera.

Por supuesto, nosotros sabemos que el extraño sujeto es un terrorista, cuyo plan es esparcir dentro del avión un poderoso virus capaz de matar en horas a todas y cada una de las 121 almas a bordo de la aeronave. Qué bueno que Si-wan Yim no se fue al AIFA porque su plan hubiera fracasado (nadie usa ese “aeropuerto”).

Mientras tanto, en tierra, el aguerrido detective In-ho investiga un video subido en redes sociales donde un individuo amenaza con tirar un avión. Luego de sufrir la mofa de unos niños que se ríen de nuestro detective por no saber inglés, rápidamente encuentra la guarida del terrorista y deduce su macabro plan. Para rizar más el rizo, la cosa se vuelve personal porque la esposa del detective está a bordo de la nave en cuestión.

Con claras trazas de clásicos del cine de desastres que van desde Zero Hour! (1957) hasta ¿Y dónde está el piloto? (1980) la película se convierte en un acezante filme procedural donde (cosa rara para este lado del charco) las instituciones funcionan y se ponen de inmediato a trabajar para rescatar a las pobres almas que están secuestradas en aquel avión, con los pilotos cayendo uno a uno a causa del virus y con la comunidad internacional en su contra.

La puesta en imágenes a cargo de la dupla (cosa extraña) de cinefotógrafos, Lee Mo-gae y Park Jong-chul, echa mano de todo tipo de recursos para subir la tensión en el respetable mediante escenas de acción de manufactura impecable (cierta persecución en auto que termina en aparatoso accidente), o aquel momento espectacular (no es spoiler, viene en el poster) en que la nave va en picada.

Escrita por el mismo director, la cinta nos recuerda al cine de aventuras de Spielberg donde sus protagonistas aún no resuelven el primer problema cuando ya tienen encima otra amenaza que parece incluso peor que la primera.

Por supuesto que abundan los clichés, así como ciertos momentos donde la película está por cruzar la línea de la autoparodia, pero tal y como los héroes de este emocionante filme, la película sabe salir a flote y sorprender con la gran cantidad de recursos con los que nos manipula para sentir emoción, suspenso e incluso derramar una que otra lágrima cuando las cosas se ponen realmente feas.

Se trata pues de una de las mejores películas de acción que he visto en lo que va del año, una cinta que a pesar de su aparente seriedad, goza con las posibilidades del cine de género.

Google News