El jueves pasado, cerró el segundo periodo ordinario en el Senado, en el cual se hicieron todo tipo de ajustes legislativos y nombramientos relacionados con el contrapeso que el Congreso tiene con los poderes Ejecutivo y Judicial. Lamentablemente, el nombramiento de la persona titular de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) quedó pendiente.

Hace casi un año, la entonces Titular de la CEAV tuvo que renunciar por la presión que generaron decenas de colectivos de víctimas que instalaron un plantón frente al Palacio Nacional, llevando sus demandas a la casa del presidente.

Sus exigencias se concentraban en la destitución de Mara Gómez, quien era la Titular de la CEAV, lo que consiguieron en junio de 2020, y en mejorar la atención que la federación da a las víctimas y todos los servicios que están relacionados (salud, bienestar, educación, reparación integral, etc.), lo cual hasta hoy sigue pendiente de acuerdo con familiares de víctimas que se encuentran en plantón desde hace meses frente a la Secretaría de Gobernación.

Para comenzar a resolver las demandas de las víctimas, existen dos temas que, de resolverse, podrían lograr un cambio positivo. Por un lado, la instalación del Sistema Nacional de Atención a Víctimas (SNAV), instancia superior de coordinación y formulación de políticas públicas del país, conformado por autoridades que representan a los tres poderes y niveles de la nación; y, por otro, que el Senado nombre a la nueva persona para encabezar a la CEAV.

La única persona que está facultada para convocar al SNAV es el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien está obligado a convocar a este Sistema cada seis meses, sin embargo, a dos años y medio no lo ha hecho ni se vislumbra que lo haga pronto. Por su parte, el Senado, tuvo la oportunidad de realizar el nombramiento en el periodo de sesiones que acaba de terminar, pero no lo hizo. Personalmente, desde la primera sesión y en varias ocasiones, insté a la Mesa Directiva a tomar cartas en el asunto, pero al parecer a Morena y sus aliados los problemas de las víctimas les son ajenos.

La deuda del país con las víctimas es inmensa, pero el estado actúa como si la atención de los impactos de los delitos y violaciones de derechos humanos no fuera un tema prioritario. La mejor manera de sembrar vida en un país de cientos de miles de personas asesinadas y decenas de miles de desaparecidos es actuar sin dilación y por medio de un compromiso nacional. Las víctimas no pueden seguir esperando, se deben fortalecer las acciones en favor de estas comunidades y realizar los cambios que sean necesarios.

Google News

TEMAS RELACIONADOS