El presidente electo presentó formalmente su Plan Nacional de Paz y Seguridad 2018-2024, más allá de hacer un análisis exhaustivo del documento, conviene resaltar una parte muy interesante de su discurso, aquella donde textualmente pidió ayuda a la ciudadanía y a los legisladores para llevar a cabo los cambios que implican la creación de la Guardia Nacional.

Nos detenemos justo en ese punto, porque efectivamente, un cambio tan radical en la política y en la estructura del aparato de procuración de justicia de un país inmerso en la violencia, -donde aparecen fosas clandestinas, camiones con cientos de cuerpos sin reconocer, el índice de feminicidios es alto y la ola desapariciones forzadas, entre otros delitos, parecen ser parte de la cotidianidad de nuestra historia-merece la mirada y la participación de todos los sectores de la sociedad en un esfuerzo por enriquecer nuestra democracia y con ello ayudar a esclarecer estos graves problemas.

Surgen muchas dudas al escuchar las buenas intenciones y voluntades que son pieza angular en la construcción del Plan Nacional. Una de ellas es la que seguramente se preguntan todas las personas que participaron en los Foros de Escucha para trazar la Ruta del Proceso de Paz del País, dónde se incluyó la voz de la ciudadanía para la construcción de un proyecto de paz. Hasta el día de hoy no ha quedado claro qué fue tomado en cuenta de estos foros o cuándo se planteará una ruta específica.

Resulta paradójico, que pesé a lo que expresaron algunas voces de la sociedad civil y familiares de las víctimas de violaciones a los derechos humanos, sobre el papel de las fuerzas militares en tareas de seguridad pública y el rechazo a que estas estuvieran involucradas en dichas tareas, el plan de militarización parece ser una realidad.

El fin no es descalificar o aprobar lo presentado el miércoles pasado, es hacer un llamado al trabajo colaborativo y abonar desde cada trinchera para la construcción de una ruta, que ayude al gobierno entrante a encontrar un equilibrio entre un país lleno de cambios estructurales y un país con cambios estratégicos que nos lleven a un estado de paz.

Porque si algo ha quedado claro en las demandas de la ciudadanía, es la necesidad de vivir sin la ola de violencia que ha sumergido a México desde hace ya varias décadas. Ante este contexto, extendemos una vez más la invitación al equipo de transición, para que en conjunto con el Observatorio Nacional Ciudadano y en el marco de la presentación de la segunda etapa del proyecto Por un México Seguro, nos acompañen este 22 de noviembre y se establezca un canal de diálogo para sentar las bases del país que muchos añoramos.

Karen Pérez García

Coordinadora de Marketing Digital

Observatorio Nacional Ciudadano

@ObsNalCiudadano

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