El consumo de en México, que se disparó 218% entre 2013 y 2020, se concentra en los estados del Pacífico, partiendo de Michoacán y Colima, por donde arriban los precursores químicos de Asia, reveló la coordinadora del proyecto de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONU-DC, por sus siglas en inglés), Sofía Díaz Menció.

En entrevista con EL UNIVERSAL, la funcionaria de la ONU afirmó que el patrón de utilización del estimulante anfetamínico por los jóvenes se da justo por la ruta de tráfico de drogas sintéticas a Estados Unidos.

“Si vemos los mapas que tiene el gobierno de México, el consumo de metanfetaminas está concentrado en ciertos estados, literalmente parece que es la ruta de los químicos que llegan de Asia: empieza por Michoacán, Colima, sube a todos los estados de esa costa y afecta a Baja California y Baja California Sur, y la frontera con Estados Unidos”, indicó.

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En esa ruta, particularmente en la Tierra Caliente de Michoacán y en Sinaloa, es donde se encuentran los laboratorios clandestinos que utilizan los grupos criminales para la producción de metanfetaminas y fentanilo para su tráfico al mercado estadounidense, por lo que, expuso, “a más volumen de producto se va quedando más en el territorio mexicano”.

Del 1 de diciembre de 2018 al 25 de junio de 2022, el Ejército Mexicano ha localizado e inhabilitado 857 laboratorios clandestinos que eran empleados para la producción de drogas sintéticas, según información oficial.

En cambio, Díaz Menció explicó que en el centro del país, donde se concentra la mayor parte de la población, hay un uso más bajo de metanfetaminas, mientras que en el sur la droga dominante es la marihuana.

Con base en información de las autoridades mexicanas, la funcionaria de Naciones Unidas alertó de la “mucha presencia” de esa sustancia en el país, lo que consideró puede atraer a más consumidores y convertirse en una situación de salud pública muy preocupante.

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“Los niveles de consumo son relativamente bajos, comparados con otros países; sin embargo, la tasa de cambio en el caso de México es lo que llama la atención, de ser un país que la verdad no tenía grandes problemas de consumo, el gobierno reporta que entre 2013 y 2020 hay un aumento de 218% en las personas que buscan tratamiento por uso de estimulantes de tipo anfetamínico, como principal droga de preocupación. Este tipo de drogas, que son los estimulantes anfetamínicos, incluyen metanfetaminas, anfetaminas comunes, éxtasis, y las metanfetaminas son el mayor problema de México, insistió.

Con respecto a los opioides sintéticos como el fentanilo, que es más potente que la morfina, aseguró que no ha aumentado el consumo en los últimos años, por lo que no ve al momento una tendencia preocupante hacia una epidemia de sobredosis de opioides como ocurre en Estados Unidos y Canadá.

Sin embargo, Sofía Díaz Menció recomendó a las autoridades sanitarias estar atentas a las fórmulas químicas que utilizan los cárteles para realizar la síntesis de la droga en los laboratorios clandestinos del país.

“Aunque la mayoría viene sintetizada y hecha desde Asia, entonces más atención al tráfico desde Asia. En estos químicos el fentanilo tiene un uso lícito, es un fármaco opioide que se utiliza en México con fines para el control del dolor, entonces, hay que tener un balance”, expuso.

Por último, explicó en la entrevista que el consumo de heroína en nuestro país se está dando en la frontera con Estados Unidos, particularmente en Baja California, sobre todo entre los migrantes deportados y los trabajadores sexuales de la zona.

“Sabemos que deportan a muchos migrantes en esa zona para después emprender los viajes a sus países de origen, entonces ese es un primer grupo que consume heroína a un nivel mucho mayor que la población en general. El segundo son las trabajadoras sexuales de esa zona, que también tienen un consumo de heroína inyectada mucho mayor a la población general”, señaló.

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