Mérida.— Para , nada fue fácil, ni luchar por su matrimonio ni tener hijos propios; sin embargo, el amor que se profesan ha sido fundamental para fijarse metas y alcanzarlas, las cuales hoy los mantienen unidos, como la familia Alemán-Canul.

Fue en 2014 que el doctor oncólogo Douglas Canul Rodríguez, y el contador público Pablo Alemán Góngora contrajeron matrimonio con ayuda de un amparo, que literalmente obligó al Registro Civil de Yucatán a casarlos, pues fue hasta agosto de 2021 que las uniones igualitarias se aprobaron en el estado.

Pioneros en la lucha por sus derechos arrebatados, que aún se siguen conquistando en Yucatán y en todo el país, Douglas y Pablo también han pugnado por la paternidad conjunta, e incluso el tener a sus propios hijos. Su familia ha roto los prejuicios que han lastimado a miles a lo largo de la historia.

Leer también:

Según relatan los esposos, después de casarse encontraron una clínica que los ayudó con un vientre de alquiler, a fin de concebir a Isaac Ramón, quien ahora tiene seis años, y más tarde a la pequeña Julieta Teresa, de un año.

Los Alemán-Canul son una familia feliz que funciona como cualquier otra. Cuentan que en la actualidad no han sufrido bullying ni discriminación por su preferencia sexual o porque son dos hombres que crían a sus hijos. “Nuestros conocidos y vecinos nos tratan normal, sin cambios, posiblemente porque ven que somos una pareja que funciona sin conflictos y pensando ante todo en el bien de los niños”, afirma la pareja.

No obstante, en el ejercicio de su paternidad Douglas y Pablo sí han enfrentado algunos obstáculos, sobre todo institucionales, pues, por ejemplo, tuvieron que remar contracorriente para conseguir que las actas de nacimiento de sus hijos fueran reconocidas legalmente.

“Fue una lucha, sentimos hasta impotencia. Con Isaac Ramón nos dieron un documento sin los apellidos, no fue sino hasta después de gestiones y papeleos que logramos que los niños lleven nuestros apellidos”, recuerda el matrimonio.

Precisamente en este punto, Douglas y Pablo decidieron que serían la familia Alemán-Canul, al registrar a sus pequeños primero con el apellido Alemán, de Pablo, y luego Canul, de Douglas.

Hoy, con toda una lucha de amor y resistencia detrás, tanto Isaac Ramón como Julieta Teresa han aprendido que tienen dos padres: papá Douglas y papá Pablo.

El camino de la paternidad

Para el doctor Douglas, quien actualmente es jubilado del IMSS, lo más importante es que sus hijos “sean niños sanos, contentos, que disfruten su vida y tengan valores y una correcta educación”.

Douglas comenta que no tienen dudas sobre cómo desarrollar su papel de padres. Tanto él como su esposo han ido aprendiendo sobre la marcha, con la preocupación propia de cualquier padre de familia cuando ve a su hijo o hija enferma.

Pablo, por su parte, platica que renunció a su trabajo como contador en una empresa para cuidar a los hijos de ambos y en sus tiempos libres atiende un comercio propio.

Leer también:

Activismo

Además, Pablo es uno de los activistas y promotores de apoyo a enfermos de VIH-Sida en Yucatán, mismo que él padece desde hace años.

Para apoyar a los enfermos de VIH, el activista ofrece pláticas sobre cómo controlar el padecimiento y mantenerse en buen estado de salud.

En cuanto a las tareas del hogar, ambos padres se organizan para las labores de limpieza y del cuidado de los niños, al igual que la mamá de Douglas, Teresa, quien vive con ellos.

En estos años, la familia no sólo se ha procurado dentro de casa, sino también afuera. En medio de la pandemia del Covid-19, ninguno ha enfermado de ese virus y ponen especial atención en cuidarse, sobre todo por los niños y la adulta mayor que vive con ellos.

Además, los corazones de todos también están bien cuidados, pues el respeto mutuo y la compañía son fundamentales en su vida diaria. Al día de hoy, han pasado y vencido muchos obstáculos pero han llegado a ser una familia feliz y compenetrada porque ambos así lo decidieron.

“Hemos hecho lo que queríamos para ser felices, ese es y debe ser el motivo principal en la vida”, comenta Pablo.

Agrandar la familia

Tanto Douglas como Pablo señalaron que tienen la posibilidad de volver a ser padres, gracias al proceso de fertilización in vitro, como ocurrió con sus dos hijos. En este sentido, ambos explican que las dos mujeres que prestaron sus vientres para procrear a sus pequeños son parte de su familia, y conviven con ellas sin conflictos.

“Ellas son invitadas a los cumpleaños de los niños, a las fiestas o alguna otra ocasión especial, son parte de nuestra familia, se les quiere y valora”, expresa Douglas.

Al recordar su historia, ambos narran que se conocieron a través de amigos en común, con quienes departían en fiestas y convivios, hasta que decidieron ser pareja. En 2014, y después de un año de meter amparos y esperar que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) sentara precedente sobre los matrimonios entre personas del mismo sexo, lograron ser esposos.

Tras 20 años de relación y ocho de casados, hablan con amor del nombre de su pequeña hija, Julieta Teresa, quien lleva el nombre de sus dos abuelas.

Al tiempo, explican que se alistan para llevar a la primaria a su pequeño Isaac Ramón, y al mirar atrás dicen con seguridad que no hay arrepentimiento por nada, porque el amor es, en todas sus formas y tamaños, la mejor forma de vivir.

para recibir directo en tu correo nuestras newsletters sobre noticias del día, opinión, planes para el fin de semana, Qatar 2022 y muchas opciones más.