A principios de 2021, Diana estuvo en coma debido a lo avanzado de su padecimiento de cirrosis hepática; sin embargo, tras ser estabilizada, ayer recibió con éxito un trasplante de hígado, gracias a la donación de la familia de un paciente, que en vida padecía enfermedad renal crónica.

Un grupo multidisciplinario de la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional (CMN) La Raza Dr. Antonio Fraga Mouret, en la Ciudad de México, fue el encargado de realizar la operación a la mujer de 28 años.

El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) recordó que en mayo de 2020, Diana se enteró que estaba embarazada cuando acudió a la Unidad de Medicina Familiar (UMF) No. 77 San Agustín en Ecatepec, Estado de México. Al ser valorada, personal de salud del IMSS le diagnosticó hepatitis autoinmune; le informaron que su embarazo era de alto riesgo y probablemente tendría que ser interrumpido.

Señaló que los médicos del Hospital de Gineco-Obstetricia No. 3 del CMN La Raza llevaron el control prenatal como un “Código Mater”. Luego de superar una serie de complicaciones médicas, su embarazo llegó a término en noviembre de 2020.

Tras ser estabilizada por el estado de coma, el personal médico le realizó varios estudios y se le comunicó que se encontraba en una etapa crítica de la cirrosis hepática y que su única alternativa de tratamiento sería un trasplante de hígado.

El doctor Guillermo Meza Jiménez, cirujano del Servicio de Trasplantes del Hospital de Especialidades, señaló que el trasplante de hígado de Diana se logró “gracias a un donante joven, que evolucionó a muerte encefálica y en vida padecía enfermedad renal crónica”.

Explicó que habitualmente este tipo de donantes no son considerados como donadores ideales para trasplante, porque deben encontrarse en buen estado de salud y sin enfermedades previas, pero tras una evaluación de los especialistas, se decidió valorar el caso y se consideró candidato para la donación.

“A pesar de que el corazón, los riñones y otros órganos no fueran viables, el hígado cumplía condiciones para ser donado”, precisó el médico.

Meza Jiménez comentó que después del trasplante hepático, Diana tendrá una mejor calidad de vida y se reintegrará a su ambiente familiar. “Ameritará menos internamientos; sin embargo, continuará en tratamiento con medicamentos para evitar el rechazo del órgano, con la finalidad de tener una vida normal, como antes de que le diagnosticaran la enfermedad”.

Además, tanto el médico como la familia de Diana hicieron un llamado a la población a ser donadores de órganos.

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