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El general Salvador Cienfuegos Zepeda, exsecretario de la Defensa Nacional (Sedena), regresó ayer por la tarde a México a bordo de un avión Gulfstream 4, matrícula N40VC del gobierno estadounidense, luego de pasar 35 días detenido en Estados Unidos, acusado de narcotráfico y lavado de dinero, cargos que el Departamento de Justicia retiró de una corte federal en Nueva York.
Cienfuegos arribó al Aeropuerto Internacional de Toluca a las 18:40 horas. Ahí, fue sujeto a una revisión médica y personal de la Fiscalía General de la República (FGR) le notificó que inició una investigación en su contra, derivada de las pesquisas que realizaba el gobierno de Estados Unidos. A las 19:12 horas, 32 minutos después de tocar suelo mexicano, el exsecretario federal se retiró a su domicilio.
“El agente del Ministerio Público de la Federación le notificó formalmente al general Cienfuegos de la existencia de una investigación en la que él se encuentra involucrado; carpeta que fue iniciada por esta FGR, con la información que se recibió del Departamento de Justicia de los Estados Unidos de América, y en lo sucesivo la investigación estará a cargo de las autoridades mexicanas, a través de la FGR”, indicó la Fiscalía en un comunicado.
El general proporcionó sus datos personales y de contacto, y manifestó estar en total disposición para atender los requerimientos de la investigación. A las 19:12 horas se retiró del hangar de la FGR para ir a su domicilio.
Sin cargos
Mantener una relación de cooperación es más importante que perseguir el caso del exsecretario Salvador Cienfuegos; tras escuchar ese argumento y el señalamiento de que la decisión la tomó directamente el fiscal general de Estados Unidos, William Barr, la juez Carol Amon, de Nueva York, accedió ayer por la mañana a que se retiraran los cargos contra el general en retiro.
Amon encabezó, en la Corte del Distrito Este de Nueva York, la audiencia en la que se revisó el acuerdo anunciado el martes entre el Departamento de Justicia de Estados Unidos y la Fiscalía General de la República.
La juez quiso confirmar que la solicitud de retirar todos los cargos contra el general, detenido el 15 de octubre en Los Ángeles y trasladado a Nueva York, donde se lleva el caso, venía del fiscal Barr y que Cienfuegos entendía el acuerdo y lo aceptaba.
Seth DuCharme, fiscal en funciones del Distrito Este de Nueva York, confirmó lo primero. Señaló que “Estados Unidos determinó que el amplio interés de mantener la relación [con México] de una forma cooperativa pesa más que el del Departamento de Justicia de perseguir este caso”.
Cienfuegos, quien se presentó a la audiencia vestido con un traje oscuro y de corbata, confirmó que el texto del acuerdo fue traducido al español, que su equipo de abogados lo revisó con él y que entendía que aceptándolo renunciaba a la posibilidad de pedir asilo en Estados Unidos y a invocar la ley de protección de víctimas de tortura.
Considerando que la decisión vino desde Barr, que no tenía “razón para dudar de que México seriamente buscará procesar” al general, y que no había evidencia de “mala fe” por parte del gobierno mexicano, Amon aceptó que se retiren los cargos.
La fiscalía defendió que su caso contra el general era sólido. “Teníamos un buen caso, pero hubo otros intereses que entraron en juego”, dijo DuCharme al salir de tribunales.
Medios como The Washington Post, The New York Times y Vice News señalaron que de parte de México hubo la advertencia de que a menos que Cienfuegos fuera devuelto, se restringirían las operaciones de la Administración Antidrogas (DEA) en México, así como la cooperación contra el narco.
Sin entrar en detalles, pero asegurando que no se amenazó con “ninguna acción específica”, el canciller Marcelo Ebrard dijo que había hablado con el fiscal Barr y le dijo que la cooperación bilateral podría cambiar.
Rafael Heredia, abogado del extitular de la Sedena, descartó la necesidad de tramitar un amparo para evitar que el general sea detenido, pues insistió en que es inocente.
En entrevista a su arribo a la Ciudad de México, el abogado indicó que no conoce las pruebas que Estados Unidos envió a la FGR contra Cienfuegos. “Si conociera yo las pruebas no estaría yo aquí, no las conozco, ni yo ni nadie”, afirmó.