“Queremos que vean cómo siempre ha estado con la gente”

Centla, Tab.— “¡Ahí vienen los comunistas, ahí vienen los comunistas!”, así es como recuerda Reina Sánchez Alejandro lo que se gritaba cada vez que el presidente Andrés Manuel López Obrador llegaba a esta comunidad.

“Así decían para espantar a la gente, pero no era cierto. López Obrador lo que comentaba era lo que pasaba en realidad y lo que deberíamos hacer como pueblo”, dice la maestra jubilada junto a un periódico mural que puso afuera de su casa y en el cual se muestran diversos actos que encabezó el Ejecutivo a finales de los 80 e inicios de los 90 en esa región.

Junto a decenas de fotografías, en las que se observa a Cuauhtémoc Cárdenas y que muestran el paso de los años, Sánchez Alejandro relata que su hermano Heber conoció a López Obrador en la Ciudad de México, “cuando los dos estudiaban en la universidad y asistían a la Casa del Estudiante Tabasqueño”.

Las imágenes muestran a López Obrador en eventos en los que apenas había una docena de personas que lo escuchan.

“Así fue al principio; éramos poquitos, pero ya después la gente se dio cuenta de que era una persona honesta y que quería ayudar al pueblo. Queremos que la gente vea cómo siempre ha estado de lado de la gente”.

La mujer asegura que esa casa fue visitada por el Ejecutivo para preparar la creación del PRD para que fuera un organismo opositor al PRI.

A punto de llorar, afirma que López Obrador ha ayudado a mantener con vida y esperanza a su madre, quien sufrió un derrame cerebral: “Todos los días pregunta por mi hermano, pero como el doctor nos dijo que no le dijéramos que estaba muerto, porque una noticia así le afectaría gravemente, para calmarla le decimos que está trabajando con López Obrador en la Ciudad”.

La anciana está impaciente en una silla en el jardín mirando al centro del poblado y espera inútilmente a que llegue aquel joven que visitaba su casa hace 30 años y que con él también llegue su hijo Heber.

“¿Ya viene Heber con López Obrador, verdad, hija?”, pregunta insistentemente.

“Sí, mamá, ya viene”, responde su hija con lágrimas en los ojos.