La violencia física, sexual y psicológica contra las mujeres sigue siendo un fenómeno poco visibilizado en el ámbito laboral en México, denuncian especialistas en el tema.

Según datos de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh), hecha por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en México, 2 millones 538 mil 742 mujeres fueron víctimas de violencia en el ámbito laboral durante 2021; es decir que casi 7 mil de ellas son agredidas en ambientes de trabajo diariamente.

La Endireh es una medición que se levanta cada cinco años. Así, en la de 2016, el número de mujeres violentadas en el trabajo fue de 2 millones 52 mil 621, lo que representó en 2021 un aumento de 23.6%.

En tanto, el año pasado las agresiones sexuales crecieron 37.1%, con respecto a 2016, mientras que la violencia psicológica se incrementó 20.05%.

La encuesta señala que las entidades en las que se dio el mayor número de agresiones sexuales el año pasado fueron: Estado de México, con 267 mil 858; la Ciudad de México, con 201 mil 619; Guanajuato, con 114 mil 927; Jalisco, con 131 mil 98, y Veracruz, con 124 mil 113 casos.

Sandra Quiñones, coordinadora del Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de las Mujeres (Cladem), comenta a EL UNIVERSAL que siempre hay una cifra negra en la violencia sexual contra las mujeres.

“Esa cifra señala que por cada denuncia de índole sexual puede haber de tres a cinco casos que no se denuncien. Y no se denuncian porque el acoso y agresión sexual, por su connotación tan íntima y tan personal, cuestan mucho trabajo externarlos. Entonces, de los datos que da el Inegi pueden ser muchos más”, asegura.

Destaca que hasta hace algunos años se está visibilizando la violencia, pues a partir de 2014 se estableció en la Ley Federal del Trabajo que los patrones deben generar tres protocolos tendientes a prevenir la violencia contra la mujer, para prever el acoso y el hostigamiento sexual y para evitar la discriminación laboral.

En este sentido, argumenta que los patrones han sido omisos en la obligación que tienen, por lo que la visibilización de las violencias contra ese sector en las empresas va creciendo cada vez más.

Paula Morán, abogada feminista, expone que si bien la violencia laboral es ejercida hacia hombres y mujeres por igual, de forma histórica las mujeres son violentadas en mayor medida, bajo altos niveles de impunidad en la resolución de sus casos por las amenazas y agresiones silenciosas a las que son sometidas.

Explica que en México, el problema de la violencia laboral no ha sido estudiado de manera sistemática, por lo que existen pocas o nulas repercusiones contra quienes la ejercen. Sin embargo, existe la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, que en el artículo 10 habla sobre la violencia en el ámbito laboral y docente aunque no tiene una sanción clara.

El artículo 3 bis de la Ley Federal del Trabajo señala al acoso como violencia de un compañero, y al hostigamiento como agresiones por parte de una jefatura o un rango más alto, “están en el papel, pero el porcentaje de atención y castigo a los delitos es bajo”, expresó.

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