Brooklyn, NY.— Las contradicciones marcaron el interrogatorio del narco, quien aseguró el lunes en un tribunal de Nueva York que pagó “más de 10 millones de dólares en efectivo” al exsecretario de Seguridad Pública de México Genaro García Luna, cuya defensa puso en duda todos los dichos del testigo y lo cuestionó sobre el porqué apenas un mes antes dijo no conocer al acusado.

“Le di más de 10 millones en efectivo procedentes de la droga”, dijo el testigo de la fiscalía en el juicio al funcionario mexicano de más alto nivel que ha pasado por las cortes estadounidenses.

Pero la defensa le preguntó por qué no había mencionado antes al secretario de Seguridad Pública del gobierno de Felipe Calderón (2006-2012), pese a que se había reunido “docenas de veces” con responsables estadounidenses tras su extradición a Estados Unidos en 2011. García Luna fue detenido en Dallas, Texas, en 2019, acusado de cuatro cargos por tráfico de drogas y uno por mentir a las autoridades migratorias del país vecino.

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La defensa explicó que apenas el 14 de diciembre pasado Nava Valencia dijo a los fiscales que no era cierto que conociera a García Luna, que había mentido y que nunca le dio dinero en persona. Un Nava visiblemente nervioso se justificó, alegando que le había dado “miedo” y que por eso mintió. A otra pregunta similar, respondió que ahora había decidido hablar para “retribuir” así a la sociedad.

Nava Valencia, otro testigo cooperante de la fiscalía, está acusado de delitos relacionados con narcotráfico y fue condenado en 2014 a 25 años de prisión en Estados Unidos, pero su colaboración con la justicia le valió en 2019 una reducción de pena a 16.5 años. Debe salir libre en 2025. El gobierno le habría ofrecido llevar a su familia a EU si testificaba en este juicio.

El Lobo, quien fuera líder del cártel de Los Valencia, inicialmente cercano al de Los Beltrán Leyva y al De Sinaloa, admitió haber enviado a Estados Unidos “más de 100 mil kilos de cocaína” y contó ante la fiscalía que se había reunido dos veces con García Luna.

La última, el jefe de las fuerzas de seguridad del país que libraban la guerra contra el narcotráfico habría acudido a la oficina de un negocio de lavado de autos de un amigo en Guadalajara.

“Tuvimos que pagar 500 mil dólares para verle a través de [Luis] Cárdenas Palomino”, su hombre de confianza en la secretaría, dijo el testigo, vestido con uniforme amarillo de reo. Ello, después de que la Marina confiscara 20 toneladas de cocaína que iban del puerto de Manzanillo con destino a Estados Unidos, no sólo del Cártel de Sinaloa, sino de Los Beltrán Leyva.

García Luna alegó entonces que la DEA se enteró del embarque desde que la droga salió de Colombia y logró probárselo a Arturo García Leyva, quien pudo así tranquilizar a los colombianos que exigían explicaciones y 5 millones de dólares en compensación.

El Lobo dijo que también participó en una “colecta” entre los líderes de los cárteles aliados “para pagar a García Luna”. En su caso, dijo haber entregado 2.5 millones de dólares.

Según él, también sobornaban a “otros funcionarios del gobierno”, así como a autoridades municipales, agentes de la policía federal y de aduanas, responsables de los puertos y aeropuertos, para que los “dejaran sacar los cargamentos” de droga. El aeropuerto de la capital mexicana era una de las principales vías de entrada de la droga procedente de Colombia al país, aseguró.

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