El 8 de mayo de 2021, la cuñada de Litzi alertó a su familia sobre el intento de suicidio de la joven: “Se encuentra desmayada”, aseguró a sus padres. Sin embargo, cuando su hermana Ingrid acudió para intentar salvarla, la halló sin vida.
Ingrid recuerda que en la escena no había ni una sola gota de sangre, sino una marca enorme en el cuello de Litzi, moretones por todo su cuerpo y aparentes golpes en el rostro pálido de la mujer que no parecía haber muerto hace apenas unos minutos, como le aseguraron.
“Litzi estaba recostada, su cuerpo no parecía haber estado vivo desde hace horas, se veía muy pálida y fría. Además de los moretones y la marca en su cuello, tenía la cara roja, como si la hubieran cacheteado”, dice Ingrid con la voz cortada.
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Asegura que no pudo ni llorar ante el desconcierto que sintió. No sabía lo que había ocurrido, pero tenía claro que el presunto culpable era la pareja de su hermana, pues existían graves antecedentes de violencia en la relación.
“La pellizcaba, la mordía, le pegaba y la asfixiaba. Era borracho, drogadicto, todo lo contrario a mi hermana, quien tenía que fungir como su mamá, porque él no aportaba nada de dinero a su hogar, ni para su hija”, detalla.
“Todos sabíamos que agredía a mi hermana, pero ella era muy reservada, se negaba a aceptarlo o contarnos. Lo que yo hice fue proteger a su hija y me la traje conmigo, por la vía legal, porque él también la golpeaba, pero se negaban a entregármela”.
Debido a las agresiones que Alan “N” infligió sobre su hija, Litzi intentó interponer una denuncia en su contra en la Coordinación Territorial 5 Iztapalapa, pero su suegro y un primo del agresor la amenazaron con meterla a la cárcel o dañarla si no detenía el proceso.
“[El presunto feminicida] tenía un primo que trabajaba como auxiliar ministerial en la Coordinación Territorial 5 Iztapalapa. Desde la primera vez que acudimos a la coordinación, entre policías, abogados y administrativos, nos pusieron muchas trabas”, confiesa en entrevista con EL UNIVERSAL.
“(…) Llegando a la agencia nos interceptó una persona diciendo que era familiar del agresor, diciéndome que se llamaba Itu, y que no era la primera vez que se peleaban mi hermana y su pareja, amenazando a mi hermana, diciéndole que mejor no lo presentara ante el Ministerio Público, porque no le convenía, que lo más seguro es que él dijera que ella también le pegó y los dos iban a quedarse, por lo que mi hermana quedó muy nerviosa”, se lee al respecto en la denuncia que presentaron en la fiscalía IZP-5.
Pese a las amenazas, el 4 de marzo de 2021, Litzi logró interponer la denuncia y así su familia se enteró de que, además de los golpes, la mujer y su hija sufrían todo tipo de vejaciones que nunca se atrevió a contar.
Ingrid notó convencida a su hermana Litzi de abandonar la relación con su agresor, hasta que el 22 de marzo decidió regresar con él por su propia voluntad y se fue a vivir a su casa.
Ingrid recuerda que el día que vio el cadáver de su hermana, la familia del agresor se encontraba vigilándola en todo momento. Por otra parte, modificaron la versión de la muerte y le aseguraron que se había ahorcado con un cinturón.
“De nuevo, las negligencias iniciaron cuando llegaron los peritos, que fueron llamados por el papá de Alan “N”, no siguieron protocolos. Luego, las autoridades que revisaron el caso, anduvieron entre negligencias y omisiones que hicieron que pasara un mes antes de integrar la carpeta del delito”, indica Ingrid.
En el acta de defunción de Litzi quedó asentado que su muerte fue por asfixia por ahogamiento, contrario a la versión inicial que los familiares del presunto agresor habían dado.
Al tomar el caso, la Fiscalía Especializada para la Investigación del Delito de Feminicidio confirmó todas las negligencias que Ingrid señaló.
Más de un año ha pasado desde que Litzi fue presuntamente asfixiada; en tanto, Alan “N” se encuentra prófugo y sus familiares poco a poco abandonaron su vivienda, ubicada a unas cuantas calles de la casa de los Velázquez.
“Pedimos justicia, porque las mamás, hermanas y los familiares de todas las asesinadas de este país merecen una respuesta ante la muerte de una persona tan querida. Hay un compromiso del gobierno por restaurar la seguridad, que se cumpla”, exige Ingrid.
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