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La senadora Citlalli Hernández (Morena) considera que su activismo a favor del matrimonio de personas del mismo sexo y, sobre todo, presentar una iniciativa en contra de las terapias de conversión pudieron ser los motivos por los que fue atacada con un artefacto explosivo en su oficina el pasado 29 de mayo.

A más de un mes del ataque, y ubicada en su oficina con el número 24, en el tercer piso del Senado, la legisladora más joven (29 años) dijo que hasta el momento tiene en su conocimiento que el artefacto llegó a través de un servicio de paquetería, según las investigaciones.

En entrevista con EL UNIVERSAL, Hernández Mora señala no temer por ella, pero sí por su familia o amigos, ya que desde antes de la explosión había recibido una serie de amenazas por su respaldo al matrimonio igualitario, la legalización del aborto y la desaparición de las terapias de conversión.

Cuenta que las amenazas han llegado por medio de sus redes sociales, por llamadas telefónicas en las que le dicen “que se va ir al infierno” o por correos institucionales. La mayoría de ellas provienen de grupos religiosos o conservadores.

¿Por qué hacer suya la defensa del matrimonio igualitario y la legalización del aborto?

—De entrada, porque soy joven. La realidad es que en pleno siglo XXI tenemos una gran deuda con los jóvenes que no se sienten libres, [sino] discriminados. Tengo la convicción de que mi paso por el Senado debe marcar la diferencia en darle voz a esos sectores que no son prioridad en las agendas nacionales.

¿Considera que esta defensa podría ser la causante de haber recibido un artefacto explosivo?

—Probablemente. Espero que la Fiscalía General dé pronto más información sobre las investigaciones que ha realizado, pero no puedo negar que lo primero que pensé cuando [recibí esta] agresión de esa manera fue: “¿Quién lo hizo?”

No creo tener adversarios políticos de una magnitud así. El único espacio de confrontación que tengo fue a partir de que me metí en esos temas. Hay una serie de cuentas en redes sociales que nos están atacando. Cuando presenté las iniciativas de terapia de conversión se la pasaban marcando a mi oficina, decían que me iba ir al infierno. [También] llegan correos de grupos religiosos o conservadores abogando por que no se aprueben iniciativas a favor de ese sector, y por eso pensamos que [el ataque] puede venir de ese lado. No quiero señalar a la ligera.

¿Qué información tiene?

— Se tienen varios datos que dan indicios de un avance, pero por respeto al proceso y para no alertar a nadie hemos guardado prudencia. Por ahora sabemos que llegó por servicio de mensajería.

¿Qué ocurrió ese día?

—Creo que fue suerte, porque no sé cómo hubiese reaccionado mi secretaria. Yo no suelo abrir mi correspondencia, la abre mi particular, pero ese día estaba buscando una invitación, vi que tenía correspondencia acumulada, la agarré toda y me la traje a mi escritorio. Había como tres paquetes de libros y uno de ellos era el artefacto. Cuando lo abrí, hubo un estallido; yo, afortunadamente, aviento la caja, que me lanza una especie de pólvora, [pero] al aventarlo sale una flama.

Yo me imagino que si no lo aviento, la flama hubiese hecho contacto con la pólvora de mi ropa y entonces otra cosa hubiese pasado.

¿Tiene miedo?

—No. Yo estudié Periodismo y tenía planeado hacer periodismo intenso, entonces miedo no tengo. Precaución sí, sobre todo por mi familia y mis amigos.

¿Hay grupos que se adjudican el hecho?

—Habría que esperar a que la Policía Cibernética lo atienda.

¿Este suceso no le quita la intención de seguir con estos temas?

—No, para nada. Al contrario: nos reafirma que cuando nos metemos en temas complicados, tocamos fibras sensibles, pero no vamos a dejar de [trabajar en] lo que creemos. Esa es nuestra convicción.

¿Hay voces que dicen que el ataque sucedió porque usted no es heterosexual?

—Pues no, pero si así lo fuera, sería más grave; es decir, si esa fuera la motivación, [sería peor] porque estamos hablando del odio manifestado, pero no creo que [sea en] ese sentido; responde más a las banderas que hemos tomado. Lamentablemente, cuando pasan este tipo de cosas, salen conjeturas y se construyen hipótesis, como que era un autoatentado, y no es así. Hay que esperar [respuestas] de la fiscalía.

¿Cree que en breve podría avalarse el matrimonio igualitario?

—Sí, en eso estamos trabajando. Creo que en el próximo año estaríamos avanzando. Primero se tenían que atender las prioridades del presidente Andrés Manuel López Obrador y después los temas sociales que son sensibles y controvertidos.

¿Y la legalización del aborto?

—Lo veo difícil. Creo que será más sencillo eliminar la criminalización del aborto. Dentro de Morena tendremos que convencer a algunos compañeros; habrá otros que no [apoyen], y los respetaremos.

No es un tema de prioridad del Presidente, pero hay temas que son agenda de Morena y en ellos se debe avanzar; quizá el Presidente no abandere la lucha, pero tampoco la va a vetar. Necesitamos un proceso social en el que se entienda por qué una mujer puede decidir sobre su cuerpo.

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