Los que van a legislar más reformas constitucionales al texto que va a cumplir 103 años, y lleva 727 cicatrices de cambios, han dejado las espadas y los escudos en sus cuarteles, y aunque no se abrazan entre contendientes, traen el semblante amable, maneras caballerosas de empezar la guerra que viene, que es política, de palabras, de diálogo o de oídos sordos.

A las 11:00 horas se debe abrir el periodo ordinario de sesiones, pero es a las 11:18 horas, cuando la presidenta de la Cámara de Diputados, Laura Rojas Hernández, a la cabeza del Congreso General, declara la apertura de los trabajos parlamentarios, y la escuchan de pie 387 de 500 diputados y 78 de 128 senadores, en una asamblea que es clave y que sólo dura cinco minutos y cuarenta y cinco segundos.

Es un trámite político que consiste en la declaración del quórum de ambas cámaras, la declaración de apertura del periodo de sesiones, el canto del Himno Nacional, la lectura del acta de la sesión, con base en un cartabón antiguo, y adiós. Sin esto, nada vale. Y debe llevarse a cabo aquí, en San Lázaro, la sede del Congreso de la Unión, donde rinde protesta el Presidente de la República, se vota el Presupuesto, se decide el destino legal de 120 millones de personas.

Los bríos desmesurados de Morena y compañía, ya caducaron. La mayoría parlamentaria, con el diputado Mario Delgado Carrillo, al frente toma sus posiciones con ánimo festivo, y el colimense mismo dice que llega "feliz", por una razón, que este 2020 es es el año de la consolidación de la transformación, pero hay algo más en el contento morenista, que el miércoles 12 de febrero, los recibe Andrés Manuel López Obrador, a desayunar en Palacio Nacional.

Geovanna Bañuelos de la Torre, la coordinadora del PT en el Senado, coincide en que la gran mayoría de las reformas ya se concretaron y en los pocos puntos por realizar está la de elevar a derecho constitucional, los programas sociales que impulsa López Obrador.

Hace un momento, la senadora ha estado en el espacio de transmisión del Canal del Congreso, que se ha instalado en la cabecera de la Plaza de la Constitución de 1917, en la que se encuentra también la rotativa de EL UNIVERSAL, en la que se imprimió por primera vez Constitución de Querétaro, y que es una donación histórica de El Gran Diario de México, a la Cámara de Diputados.

Uno a uno, los entrevistados, pasan al brochazo de maquillaje, para aparecer en las pantallas de televisión y dar un buen aspecto. Un maletín con materiales apropiados para embellecer, poco logran con los varones, ya acostumbrados a esos detalles unisex, una compostura que con el transcurso de las sesiones, pierden al asomar sus estrategias, en la representación de sus colores políticos, que son votos de la gente.

Este Congreso General tiene al frente a las presidentas de la Cámara de Diputados, Laura Rojas Hernández (PAN), de verde, y a su derecha, del Senado, Mónica Fernández Balboa (Morena), de ocre, en la plenitud, las dos, del ejercicio de la autoridad parlamentaria número uno. Tienen en su agenda propia, los temas de la igualdad de género, personalizados en ellas, y en sus compañeras, también de mesas directivas de mayorías femeninas.

Y son las legisladoras quienes llevan el cartel completo de esta media mañana, pues hablarán en tres secretarias, las senadoras Citlalli Hernández Ramos (Morena) y Verónica Delgadillo (MC), y la diputada Karla Yritzi Almazán Burgos (Morena), en el despacho del trámite que legalmente pone en funciones el poder Legislativo.

La jalisciense Verónica Delgadillo aparece en la transmisión de televisión, al dar lectura al acta de la sesión, y por el ángulo que toma la cámara, atrás de ella se ve al senador potosino Primo Dothé Mata, uno de los descorbatados de la Legislatura, que masca chicle, en este singular momento político.

Laura Rojas Hernández levanta la campanilla de la mesa directiva, y al agitarla, ese débil sonido, ha valido para cerrar ahora, la sesión que abrió, con la campana que cabe en un puño, de cobre de verde patinado, y que junto con el tintero de plata que tiene enfrente simboliza la autoridad legislativa.

Para los diputados, a las 11:18 horas, de este sábado empezó la segunda mitad de su mandato, es decir, que dejarán de ser, en tres periodos ordinarios de sesiones, así que ya estarán en la búsqueda del trampolín político que los lleve a otras posiciones. Los senadores, sobre todo los morenistas también están en el arrancadero para candidaturas a 15 gubernaturas, que se juegan en 2021. En este salón de rostros sonrientes, complacientes, se encuentran muchos aspirantes a cargos nuevos

y que forman parte de la 64 Legislatura, y que vienen de recorrer cada semana los territorios que representan en sus estados.

Uno de ellos, Salomón Jara Cruz, vice presidente del Senado, viene de leer la vida de Pancho Villa, versión Paco Ignacio Taibo II, y de visitar los 570 municipios de Oaxaca; la historia ayuda y el contacto con la gente es clave. Pasa aprisa el senador Raúl Bolaños Cacho Cué, del PVEM, quien por su lado, también busca horizontes próximos.

Cuando todos empiezan a reunirse y se espera el quórum para abrir la sesión, los encuentros, son contagio de entusiasmos, en una efervescencia que da para que un puñado de diputados canten Las Mañanitas a alguien que festeja, pero a la fiesta no han venido 50 senadores y 113 diputados que serán vistos hasta el miércoles, en la primera sesión ordinaria de un periodo de tres meses, de tiempo de recesión, Insabi, la marihuana, escasez de medicinas, temas complejos y suficientes para desdibujar la sonrisa al mejor pintado.

Yucatán tiene dos vicepresidentes en el Congreso de la Unión, y son priistas de tricolor permanente, la diputada Dulce María Sauri y el senador Jorge Carlos Ramírez Marín, que charlan como en casa, en esa tribuna en la que su partido tuvo la voz cantante, otrora; la fuerza monolítica, antaño, e incluso, fue destronada, en las urnas, hogaño.

La senadora Mónica Fernández Balboa sube a su lugar en el presidium, que es un mirador de la pachanga que hay entre curules, antes y después de la sesión.

Las puertas del palco de Prensa que comunican al salón de sesiones se abren y los periodistas van al encuentro de diputados y senadores, y ven cruzar de lado a lado al líder morenista, Mario Delgado Carrillo, quien ha estado acompañado por su pequeña hija y una amiguita, que juegan y corren, mientras el jefe de la mayoría disfruta su territorio, repuesto de año y medio de trabajo sin pausa, de tres periodos de sesione sy cuatro extraordinarios.

Dice que ha leído proyectos de reformas y leyes, pero también uno de los libros del momento, la historia Carlos Denegri, que muestra las relaciones del poder y los periodistas de una época, en la que se incluyen varios sexenios desde Manuel Ávila Camacho.

De la oposición local, Juan Carlos Romero Hicks (PAN), uno de los oponentes más constantes a la cuarta transformación, viene relajado, pero en su característica inexpresividad, "motivado", dice para la tarea legislativa. El senador sin bancada, Emilio Álvarez Icaza, el coordinador de MC, Dante Delgado Rannauro, y la jefa del PT en la Cámara Alta, Geovanna Bañuelos de la Torre, pasan largos ratos con amigos y correligionarios.

Porfirio Muñoz Ledo se deja querer por los petistas Gerardo Fernández Noroña y Reginaldo Randoval Flores, e intercala sus charlas con ellos, fotos con admiradores y preguntas de periodistas. para todos tiene.

Acabada la pachanga, entre curules, se espera que los últimos legisladores, abandonen el recinto. "Está por salir Damián Zepeda, (senador), del PAN, y enseguida se cierra". Y lo que sigue para tres meses adelante, es la cartelera de las últimas grandes reformas de la cuarta transformación, pero también rehabilitar el trampolín político versión 4T.

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