La pandemia de Covid-19 que agravó el desempleo y la pobreza en el país y Centroamérica, el programa “Quédate en México” que provocó miles de solicitantes de asilo y la expectativa por el triunfo del presidente Joe Biden detonaron un aumento de cruces fronterizos, de personas desaparecidas y de muertes en la frontera con Estados Unidos.
Mirza Monterroso, directora del Programa de Migrantes Desaparecidos y Programa de ADN del Colibrí Center for Human Rights, expuso que “de marzo del año pasado, cuando inició la pandemia de Covid-19, a la fecha, hemos tenido 256 reportes de personas, de migrantes que desaparecieron al intentar cruzar la frontera. De esos 256 casos, 161 son mexicanos, es decir, casi 70%”.
En entrevista con EL UNIVERSAL, la activista señaló que la inmensa mayoría de los migrantes que cruzan y se pierden en la frontera, así como los que fallecen, siguen siendo mexicanos; contrario al discurso oficial en México de que hay una migración cero de personas de nuestro país a Estados Unidos.
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Hizo notar que 256 desaparecidos es una cifra muy alta porque reciben alrededor de 150 reportes anuales. “Nosotros tomamos reportes de todas las áreas que son Arizona, California, Texas y Nuevo México, y las compartimos con otras organizaciones en toda a frontera para facilitar la búsqueda”.
Dijo que también han aumentado los casos de mujeres que desaparecen en la frontera y de los restos que encontramos “son alrededor de 10%. De desaparecidas desde que inició la pandemia tenemos 29 reportes”.
La especialista indicó que, en promedio, las autoridades como Oficinas del Sheriff, Patrulla Fronteriza y grupos de rescate encuentran al año unos 200 o 250 restos humanos, ello sólo en la frontera del sur de Arizona.
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El año pasado, es decir, en 2020 y en plena pandemia y a pesar de que grupos de rescate no pudieron trabajar, se encontraron 227 restos humanos.
Colibrí Center trabaja en coordinación con el forense de Pima, Arizona, en la identificación de migrantes que mueren en la frontera, recolectando muestras de ADN en los restos y comparándolos con los de familias que están buscándolos.
Más de 7 mil 800 personas han perdido la vida al intentar cruzar la frontera entre Estados Unidos y México desde 1998. Actualmente hay más mil 200 restos humanos de migrantes que intentaron pasar por el desierto de Arizona, los cuales, puntualizó la especialista con datos de la Oficina del Examinador Médico del Forense de Pima, están en espera de ser identificados y han sido encontrados en poco más de una década.
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Incremento de casos
“Con la pandemia y en este año se han incrementado los casos. El problema es que muchos grupos de rescate no trabajaron por los riesgos de contagios, algunos que son mexicanos y que participan en los mismos no podían cruzar la frontera hacia Estados Unidos para realizar labores de búsqueda, por lo que la cifra de muertes puede ser mucho mayor”, indicó Monterroso.
Dijo que se identifican en el forense de Pima, al año, entre 25 y 40 restos humanos. La semana pasada se tuvieron 11 identificaciones, lo que muestra el aumento de cruces y muertes.
Asimismo, el mes pasado fue el peor en cuestión de hallazgos de migrantes muertos, con más de 40 cuerpos, ello únicamente en el sur de Arizona. Es decir, sin contar los fallecidos en las fronteras de California, Texas o Nuevo México, agregó.
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Insistió en que la emergencia sanitaria, la violencia creciente en México y Centroamérica, y las condiciones en que tenía nuestro país a los migrantes y solicitantes de asilo en casas de campaña, a la intemperie, eran horribles, sin agua, sin salud, con el virus del Covid-19, sin dinero, sin comida, lo que obligó a cientos a cruzar la frontera. Muchos de ellos desaparecieron o fallecieron.
“Con el programa ‘Quédate en México’ —avalado por los gobiernos de Donald Trump, Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador— [se] obligó a miles de migrantes a esperar en México, mientras se procesaba su solicitud de asilo, un incremento de casos de personas que después de esperar tres, seis meses o un año se desesperaron e intentaron cruzar la frontera.
“Recibimos bastantes reportes, vimos casos de personas fallecidas en esas circunstancias que les dieron una ficha de espera muy larga y seguramente se desesperaron y cruzaron la frontera por el desierto”.
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Con Biden se mantienen deportaciones
Mirza Monterroso, arqueóloga en ciencias forenses de origen guatemalteco, consideró que con el cambio de gobierno hubo confusión entre los migrantes, en el sentido de que con la llegada de Joe Biden a la presidencia de Estados Unidos iba a ser más flexible, pero no fue así. Los están deteniendo y deportando de la misma manera que en otros gobiernos, como el Donald Trump.
“Esto ha sido bastante dañino porque la gente no sabe que es muy difícil que les den la oportunidad de quedarse, de que les den asilo y se están aventurando en el desierto, que en el verano, como es esta época, son hasta 50 grados de temperatura, lo cual es mortal para alguien que camina hasta siete días, sin agua, sin comida, en el desierto, para llegar a alguna ciudad”.
Subrayó que la inmensa mayoría de quienes cruzan y por ende de quienes mueren en el intento son mexicanos.
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“Otro porcentaje son guatemaltecos, hondureños, pero también hemos visto casos de personas de Ecuador, de República Dominicana, de Venezuela, que no era común que cruzaran.
“La mayoría son hombres jóvenes entre 20 y 35 años, pero también se han incrementado personas más jóvenes y también de adultos mayores que buscan emigrar a Estados Unidos. Tenemos el caso de un señor de 71 años que nos reportaron como desaparecido. Tenemos el reporte de seis menores de edad desaparecidos en este año, que es un número alto, para lo que se ve regularmente. De todos los casos hay 26 hondureños, que son muchos en este año”, abundó.
La activista agregó que el número de personas extraviadas en la frontera, de muertes que ellos captan sólo es la punta del iceberg de la tragedia que ocurre, porque no tienen acceso a todos los reportes que reciben, por ejemplo los consulados en Tucson y otras ciudades.
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“Priorizamos a Arizona. Recibimos un reporte de una persona desaparecida. Si no tenemos pistas de quién es, le tomamos muestras a familias que están buscando a alguien con esas características y ese ADN se va a laboratorio y es comparado con los mil 200 casos del examinador médico de Pima.
“Es decir, mil 200 personas sin identificar, pero de los cuales tenemos muestras de ADN, fotografías, autopsia, antropológico forense, incluso si el cuerpo ya ha ido enterrado o cremado. Lo llamamos comparaciones a ciegas”, concluyó Monterroso.