Tras 11 días de ataques que dejaron cientos de muertos y grandes daños en la , además de miedo entre israelíes y palestinos, ninguno está más cerca de lograr la paz en la región. ¿A quién benefició entonces?

Expertos señalan que tanto la organización islamista Hamas como el primer ministro Benjamin Netanyahu obtuvieron algo de este conflicto.

“Hamas se las arregló para demostrar sorprendentes capacidades militares, especialmente en el rango extenso de sus cohetes, que cubren la región de Tel Aviv, y su capacidad de disparar un gran número de cohetes al mismo tiempo a las mismas poblaciones civiles”, señaló a Natan Sachs, director del centro para Política de Medio Oriente del Brookings Institution.

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La actual crisis viene tras semanas de tensión en Jerusalén por las restricciones aplicadas por el gobierno israelí, en medio del Ramadán musulmán. Hubo una serie de enfrentamientos que culminaron con los de la mezquita de Al-Aqsa, el 10 de mayo.

De acuerdo con Shalom Lipner, miembro del Atlantic Council, los disturbios que comenzaron en Jerusalén le representaron a Hamas “la oportunidad perfecta para reafirmar su dominio y presentarse como el ‘defensor de la ciudad’”.

Y al mismo tiempo, como una manera de presionar. “Las aspiraciones de Hamas de ganar las elecciones palestinas y ejercer el control sobre Cisjordania se vieron frustradas cuando [el presidente palestino] Mahmud Abbas las pospuso indefinidamente”. El enfrentamiento con Israel, en ese sentido, empoderó al movimiento islamista, aunque a un muy alto precio.

LAS VÍCTIMAS

Tras 11 días de enfrentamientos entre Israel y Hamas, los más sangrientos registrados en años, hubo cientos de decesos:

232 muertos en el lado palestino

12 fallecimientos en el lado de Israel

En el caso de Netanyahu, el conflicto con Hamas se produce después de que no lograra formar gobierno tras las elecciones de marzo, las cuartas en dos años. “Con las fechas límite aproximándose para la presentación de un nuevo gobierno, los israelíes podrían encaminarse a una quinta visita a las urnas. Mientras tanto, Netanyahu, el primer ministro interino, encuentra sus decisiones cuestionadas bajo sospecha de que subordinan los intereses nacionales a la conveniencia política”, dijo Lipner en el artículo: La escalada entre Israel y Hamas, lo que es nuevo y lo que no.

Jonah Shepp, articulista de la revista de The New York Times, dijo en un artículo titulado La violencia política en Israel es una victoria política para Netanyahu, que el conflicto con Hamas “le da a Netanyahu otra oportunidad de resucitar su carrera”. El mandato de Lapid está por expirar y eso daría al actual premier tres semanas para tratar de formar gobierno. Y con el conflicto, se mostró como el líder fuerte que puede defender a Israel.

En contraste, para la Autoridad Palestina, y para el propio presidente palestino, Mah-mud Abbas, con quien Hamas tiene una relación hostil, el conflicto es un nuevo golpe, al mostrar su debilidad.

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“El liderazgo de Abbas ahora parece más pasivo que nunca”, señaló Lipner a EL UNIVERSAL. También perdieron israelíes y palestinos, dado que la crisis no condujo a ningún acuerdo o plan para buscar la paz definitiva en la región. “A largo plazo, sin una reconciliación genuina entre Israel y los palestinos, algo que no está a la mano, es casi una conclusión ineludible que las hostilidades volverán a surgir de nuevo en el futuro”, lamentó Lipner.