Después de meses de combate, una alianza rebelde encabezada por milicias kurdas liberó ayer la ciudad siria de Al Raqqa, antiguo bastión de la milicia terrorista Estado Islámico (EI) en el noroeste del país.

Las Fuerzas Democráticas de Siria (SDF), apoyadas por Estados Unidos, tomaron el control de Al Raqqa, indicó su portavoz Talal Silo a dpa, quien detalló que las operaciones militares en Al Raqqa terminaron y que las SDF estaban peinando la ciudad, situada a orillas del río Éufrates, en busca de los últimos yihadistas y trampas explosivas.

El portavoz de la coalición contra el EI liderada por Estados Unidos, Ryan Dillon, fue un poco más cauto y dijo que la ciudad está liberada en un 90% y que la milicia yihadista se encuentra “al borde de una derrota arrasadora”. Según explicó, unos 350 integrantes del EI se rindieron en las últimas semanas ante las fuerzas de EU en esta ciudad siria.

Se prevé que la presencia militar de EU se expandirá en Al Raqqa. Dillon dijo que queda mucho trabajo por hacer.

El presidente estadounidense Donald Trump se atribuyó el mérito de esta victoria en Al Raqa y dijo que los terroristas no huyeron antes “porque no tenían a Trump como presidente [de EU]. Existe una gran diferencia; una gran, gran diferencia si miras al ejército ahora”, fue la respuesta del mandatario al ser cuestionado sobre qué cambió en los últimos meses en el conflicto contra las tropas del EI en Siria.

Las SDF iniciaron en junio una ofensiva para expulsar al EI de Al Raqqa, conocida como capital de facto de los yihadistas. Según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, los enfrentamientos por el control de Al Raqqa costaron la vida a 3 mil 250 personas desde junio, más de un tercio de ellas (mil 130) civiles. Además, hay cientos de desaparecidos.

Con la caída de Al Raqqa, que el EI conquistó en 2014, la milicia terrorista pierde su segundo bastión más importante en la región, después de haber sido expulsado también de la ciudad de Mosul, en el norte de Irak. Según los servicios secretos occidentales, el EI planeó en los últimos años atentados y ataques de gran envergadura desde Al Raqqa, que en el pasado tenía 200 mil habitantes.

El EI ha perdido en los últimos meses las regiones más importantes de su autoproclamado “califato” en Siria e Irak. Después de verse obligados a retroceder en casi todos los frentes, a los yihadistas sólo les quedaba como santuario Al Raqqa y algunas zonas del desierto.

La Organización de Naciones Unidas (ONU) dijo estar lista para llevar ayuda humanitaria a Al Raqa. “Estamos preparados para suministrar asistencia vital para aquellos que la necesitan tan pronto como tengamos acceso y las condiciones de seguridad lo permitan”, dijo el portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric.

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