El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, incrementó ayer la presión sobre el Senado, que debe lograr un consenso sobre su proyecto de reforma de la ley migratoria antes del fin de semana.

Dos proyectos de ley, uno republicano y otro presentado por congresistas de ambos bandos, están a consideración, pero hasta ahora ninguno es susceptible de lograr el apoyo de 60 de los 100 senadores antes del fin de la sesión legislativa el viernes en la noche.

Trump expresó su apoyo a un proyecto presentado por el senador republicano Chuck Grassley, que ofrece un camino hacia la naturalización a casi dos millones de jóvenes inmigrantes a cambio del financiamiento para la construcción de un muro fronterizo con México y severas restricciones a la inmigración legal entre las que están el fin de la reunificación familiar ampliada y la supresión del sorteo de permisos de residencia, conocido como green card.

Pero la minoría demócrata —conformada por 49 senadores— se ha negado hasta ahora a financiar el muro y a aceptar esas peticiones.

“Solicito a todos los senadores, de los dos partidos, apoyar el proyecto Grassley y oponerse a toda legislación que no mencione los cuatro pilares [en referencia a sus exigencias]”, afirmó el presidente a través de un comunicado.

Otro proyecto, presentado por legisladores de ambos partidos reunidos en la “coalición sentido común”, avanzaba anoche, aunque su destino es incierto.

Según el senador republicano Lindsey Graham, retomaría dos medidas emblemáticas: la naturalización de los dreamers y una financiación de 25 mil millones de dólares para fortalecer la seguridad en la frontera. Pero incluiría solamente cambios limitados al procedimiento de reunificación familiar y no modificaría el sistema de sorteos de visas.

Piden dreamers voto ‘con amor’. “Vota por amor” en las próximas elecciones, pidieron los dreamers con la mirada puesta en una posible legalización de su situación migratoria. Un grupo de beneficiarios del programa DACA, que los protege contra la deportación, aprovecharon el 14 de febrero para regalar rosas a los transeúntes una calle comercial de Santa Mónica, California. A cambio pedían a la gente presionar a los legisladores para que aprueben una ley que les permita vivir legalmente en EU.

“Estamos pidiendo en el día de San Valentín a los votantes de Estados Unidos que en las primarias de junio y en las elecciones de noviembre voten por amor, que voten y nos tengan en sus corazones, a las familias indocumentadas”, dijo Diana, una joven mexicana que no dio su apellido y vive desde que era niña en Estados Unidos. AFP

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