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Donald Trump vivirá hoy su primer gran examen internacional, una prueba de fuego ante líderes de todos los países del mundo que determinará qué se puede esperar del presidente de Estados Unidos, del mandatario que venció a base de populismo y una apuesta por la excepcionalidad y el retroceso en la voluntad multilateral.
“El discurso representará la visión del presidente y una declaración al mundo sobre cómo EU encaja en él”, avanzó un alto funcionario de la Casa Blanca, quien apuntó que será un discurso “profundamente filosófico”.
El pasado viernes, la embajadora de EU ante la ONU, Nikki Haley, adelantó que el presidente iba a “abofetear” y “abrazar” a quienes corresponda. Los del primer grupo son fácilmente reconocibles, colocándose en primera línea de fuego Corea del Norte.
Pyongyang es y será el centro de atención de esta edición de la Asamblea General. El toma y daca entre norcoreanos y estadounidenses, entre lanzamientos de misiles por parte del régimen de Kim Jong-un y las sanciones económicas impulsadas por EU y aprobadas por unanimidad en el seno del Consejo de Seguridad de la ONU, ha llegado a un punto crítico, hasta el punto en que Washington no descarta una solución militar.
Haley hace tiempo que puso esa respuesta sobre la mesa, dejando claro que si hace falta harán que el estamento militar tome las riendas.
Del discurso de Trump ante sus colegas se verá hasta qué punto quiere subir la temperatura. Ayer ya habló del tema con el presidente chino, Xi Jiping, uno de los grandes ausentes en la Asamblea General.
El manejo del asunto norcoreano será también un ejemplo clave de cómo Trump está planeando congeniar su populista y electoralista aislacionismo “America First” (Estados Unidos primero) con el protagonismo mundial que quiere encabezar para no dejar que otras potencias le superen en el liderazgo internacional.
Los asesores de la Casa Blanca confirmaron que también habrá espacio para Irán y Venezuela.
Sin embargo, es probable que Trump no revele muchos de sus planes, pero cada palabra será analizada para tratar de calibrar al presidente más imprevisible.
Por ejemplo, ayer Trump no quiso decir si EU saldrá del pacto por el programa nuclear iraní, algo con lo que ha amenazado desde su campaña; sobre la crisis venezolana, cenó con presidentes latinoamericanos para analizar la situación.
Como es tradición, Trump subirá al estrado de las Naciones Unidas en segundo lugar tras el líder brasileño. Si bien lo más destacado serán los debuts de Trump y el presidente francés, Emmanuel Macron, lo que más destaca son las ausencias. Entre los que no asistirán están, además del chino Xi, los presidentes de Rusia, Vladimir Putin; Alemania, Angela Merkel (quien el próximo fin de semana se juega su continuidad en las elecciones), y México, Enrique Peña Nieto, quien será representado por el canciller Luis Videgaray. Su discurso ante los líderes mundiales está previsto para el jueves por la noche.
