Washington.— El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, defendió ayer el bombardeo norteamericano en el que murió el general iraní Qassem Soleimani y aseguró que “realmente no importa” si suponía una amenaza “inminente” para el país.

“Los medios de noticias falsas y sus socios demócratas trabajan duro para determinar si el futuro ataque del terrorista Soleimani era ‘inminente’ o no y si mi equipo estaba de acuerdo”, dijo.

“La respuesta a ambas es un firme sí, pero realmente no importa debido a su horrible pasado” de Soleimani, tuiteó Trump, quien en varias ocasiones ha dicho que Soleimani preparaba ataques “inminentes” contra objetivos estadounidenses, aunque sin presentar evidencias que respalden sus dichos.

Luego, en un acto en la Casa Blanca, insistió: “Creo que ha sido totalmente coherente... Hemos matado a Soleimani, el terrorista número uno del mundo, según todas las fuentes: Una mala persona”.

El tuit desató polémica en Estados Unidos, donde medios como The Washington Post acusaron al presidente de estar generando una “crisis de credibilidad”, en un país que ya se vio sumergido en una muy grande cuando el entonces mandatario George W. Bush lanzó una guerra en Irak en marzo de 2003 bajo el argumento de que el país tenía armas químicas, algo que resultó falso.

Según la televisora NBC News, Trump autorizó el asesinato de Soleimani hace siete meses, siempre y cuando Irán provocara la muerte de algún ciudadano estadounidense.

El canal, que citó como fuentes a cinco funcionarios y exfuncionarios del gobierno de EU, dijo que ello explica por qué matar a Soleimani estaba entre las opciones que el ejército presentó a Trump hace dos semanas para responder a un ataque de milicias chiítas proiraníes en Irak que acabó en la muerte de un contratista de EU y heridas a cuatro soldados.

Seyed Ebrahim Yayeesi, jefe del cuerpo de justicia de Irán, anunció que llevarán a Trump a una corte internacional por el asesinato de Soleimani. La demanda, explicó, será llevada de manera conjunta por la agencia de Derechos Humanos, la cancillería de Irán y otras oficinas del gobierno del país islámico.

Además, las autoridades iraníes llamaron a la unidad de los países de la región para expulsar a las tropas estadounidenses de Medio Oriente. “Mientras las fuerzas terroristas estadounidenses estén presentes en Asia Occidental, la región no alcanzará la paz ni la seguridad”, dijo al primer ministro sirio el influyente Alí Shamjaní, secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán.

En medio de la crisis Irán- Estados Unidos, las fuerzas iraníes derribaron el pasado miércoles por error un avión ucraniano que acababa de despegar de Teherán con 176 personas a bordo. Todos murieron.

La indignación de los iraníes continuó viva ayer, con nuevas manifestaciones contra el régimen, que en un principio negó haber derribado el aparato.

Por tercer día consecutivo se difundieron videos en las redes sociales que parecían mostrar manifestaciones, en particular en la Universidad Sharif de Teherán, en Sanandaj en el Kurdistán y en Isfahán. Los manifestantes gritaban consignas hostiles a las autoridades de la República Islámica.

El jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, acusó a Teherán de querer “hacer todo” lo posible para poner fin a las manifestaciones, y aseguró que Estados Unidos está al lado de los iraníes “en sus llamados a favor de la libertad y de la justicia”.

“No soy ingenuo”, dijo Pompeo en un discurso en la Universidad de Stanford, en California, donde dijo que la milicia Basij, una fuerza voluntaria leal al régimen, “y los canallas iraníes quieren hacer todo para poner fin a estas protestas”.

“Vemos a los iraníes caminar por las calles en cantidades sorprendentes a pesar de los riesgos enormes en los que incurren”, agregó.

El grupo de coordinación de países que perdieron ciudadanos en la tragedia del vuelo en Irán se reunirá este jueves en Londres. Lo integran Canadá, Reino Unido, Ucrania, Suecia y Afganistán. Los países han mantenido contactos telefónicos para discutir una eventual indemnización. Del total de víctimas, 57 eran canadienses.

El primer ministro canadiense Justin Trudeau señaló ayer que las víctimas del derribo estarían vivas si no fuera por la reciente escalada de tensiones en la región activada en parte por Estados Unidos. “Pienso que si no hubiera tensiones, si no hubiera una escalada reciente en la región, esos canadienses estarían ahora mismo en su casa con sus familias”, dijo Trudeau en una entrevista con el canal Global.

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