Cúcuta, Colombia.— Juan Guaidó y Nicolás Maduro se juegan hoy una de las más importantes partidas políticas de la profunda crisis institucional y socioeconómica de Venezuela, con tres focos de atención mundial: Cúcuta, en Colombia; Roraima, en Brasil, y Curazao, en el Caribe. La situación se tensó más con la muerte de dos indígenas pemones durante un enfrentamiento, ayer, con militares venezolanos en el estado de Bolívar.

Guaidó, proclamado presidente interino, exige abrir paso a la masiva ayuda humanitaria que la comunidad internacional envió desde mediados de este mes a puntos clave de Colombia y Brasil limítrofes con Venezuela y a la isla de Curazao, territorio autónomo de Holanda unido por el mar Caribe a suelo continental venezolano.

Para dejar claro su punto, ayer desafió la prohibición del régimen de Maduro —al que tacha de “usurpador”— de no dejar Venezuela y se hizo presente al término del concierto Venezuela Aid Live, organizado en la ciudad fronteriza colombiana de Cúcuta para recabar fondos y en el que participaron artistas internacionales. Según medios como El Nacional, Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional, llegó en helicóptero.

Entre los asistentes, el clamor de los venezolanos era uno: dejar pasar la ayuda. “Qué cosa tan increíble, ver a un hombre tan cerrado”, dijo a EL UNIVERSAL David Giovanni, quien vive en Táchira y cruzó a Cúcuta para estar en el concierto, en alusión a Maduro. “Que se apiade de la gente... esto no es político, es una cosa humanitaria”, dijo.

Maduro rechaza que haya una crisis humanitaria, y advierte que impedirá el paso de la ayuda, que califica de un show, por lo que ordenó cerrar la frontera con Colombia —en los puentes Simón Bolívar, Santander y Unión—, Brasil y el límite marítimo con Curazao, Aruba y Bonaire.

La situación se agravó ayer con la muerte de dos indígenas pemones venezolanos de la etnia kumarakapay —un hombre y una mujer—, durante un ataque a balazos de la Fuerza Armada que dejó al menos 15 heridos en la frontera con Brasil. Los indígenas se enfrentaron a militares para oponerse al bloqueo de la ayuda procedente del estado brasileño de Roraima.

El dirigente Diosdado Cabello, número dos del régimen de Maduro y presidente de la Asamblea Constituyente, cuestionó la veracidad del informe y dudó que militares participaran en el altercado.

Lo que se juegan hoy Guaidó y Maduro es mucho más que el paso o bloqueo de la ayuda. En la mesa está la credibilidad política de cada uno de ellos, en medio de un conflicto que se agudizó desde que el segundo fue desconocido como gobernante —a partir del pasado 10 de enero—, por cerca de medio centenar de países de América, Asia, Oceanía y Europa que denunciaron que se reeligió en mayo de 2018 en comicios ilegítimos.

Luego, el 23 de enero, Guaidó se proclamó presidente encargado y prometió convocar a elecciones anticipadas. Ha recibido el reconocimiento de unas 50 naciones.

Maduro anticipó que jamás permitirá el ingreso de la asistencia humanitaria a Venezuela, hundida al menos desde 2014 en una agudizada carencia de medicinas, equipos médicos, alimentos y artículos de consumo básico. Caracas acusa del desabasto a la “guerra económica” y a las sanciones financieras y comerciales que Washington le impuso esta década, pero la oposición aduce que la crisis es resultado del modelo socialista que ahogó al aparato productivo.

Guaidó pronosticó que la ayuda entrará, “sí o sí”, a Venezuela y estableció la fecha de hoy como la que marcará el inicio de ese proceso de auxilio con apoyo masivo foráneo. Unas 600 toneladas de medicinas, alimentos y utensilios están acumuladas en bodegas cercanas a esta ciudad capital del nororiental departamento colombiano de Norte de Santander, a la espera de comenzar a ser trasladadas en las primeras horas de hoy a Venezuela.

Además de miles de voluntarios, los presidentes Iván Duque, de Colombia; Sebastián Piñera, de Chile; Mario Abdo Benítez, de Paraguay, y el secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA) acompañarán la jornada desde Cúcuta, en un intento por garantizar que fluya sin incidentes. Según las autoridades migratorias de Colombia, también estará Guaidó. Otros cargamentos fueron remitidos a Roraima, en el noroccidente de Brasil, y a Curazao, frente a las costas venezolanas.

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