San José. – El banquero ecuatoriano , de 65 años, asumirá hoy la presidencia de por cuatro años e iniciará una carrera contra el tiempo para cumplir con su promesa de aplicar nueve millones de vacunas en 100 días para atacar al , en un país polarizado y sumido en una parálisis socioeconómica y con crecientes problemas de gobernabilidad.

Casado y con cinco hijos y experto en finanzas y negocios bursátiles, Lasso, de la Alianza Creo-Partido Social Cristiano, sucederá en la presidencia al administrador de empresas Lenín Moreno , un político surgido del partido Alianza País que gobernó a Ecuador con el economista izquierdista Rafael Correa de 2007 a 2017.

Tras la primera ronda de los comicios presidenciales del pasado 7 de abril, Lasso avanzó a la segunda vuelta del 11 de abril y derrotó al economista izquierdista Andrés Arauz, de 36 años, de la coalición opositora Unión por la Esperanza ( UNES ) y fiel a Correa.

“El resultado de la primera fue Arauz con 52% y Lasso con 19%. La mitad del país se mantuvo en la polarización ‘correísmo’- ‘anticorreísmo’. En segunda, Arauz y Lasso tuvieron que irse al centro y tratar de conquistar la otra mitad. Lasso obtuvo 52%”, dijo el historiador y urbanista ecuatoriano Fernando Carrión , académico de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales ( FLACSO ), ente no gubernamental autónomo.

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“Con su asunción Lasso entra a un escenario complejo, por las propias ofertas que hizo, como prometer nueve millones de vacunas en 100 días. Algo difícil… no imposible. Pero tendrá que conseguirlo, ya que de lo contrario se deslegitimará muy rápidamente”, explicó Carrión a

Lasso enfrentará un escenario fragmentado en la Asamblea Nacional ( Congreso unicameral ). De 137 escaños, UNES logró 49 y la alianza de Lasso llegó a 28, con el resto repartido en partidos minoritarios o en poder del indigenista Movimiento de Unidad Plurinacional Pachakutik , con 26, y de Izquierda Democrática, con 17.

“Ni oposición ni oficialismo tienen claro su número de votos. Eso conducirá a que, para que se aprueben sus iniciativas, Lasso tendrá que recurrir a mayorías móviles. Para cada iniciativa deberá conseguir el número mayoritario de votos y lograr una política relativamente interesante económico y sanitaria. Caso contrario se le vendrán los problemas de ingobernabilidad”, advirtió Carrión.

Cifras oficiales mostraron que, con 17.4 millones de habitantes, Ecuador subió de unos 6 millones de pobres en 2019 a unos 9 millones al cierre de 2020, que registró una severa contracción de menos 11% del Producto Interno Bruto ( PIB ).

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Ecuador, que pasó de 46 mil 356 casos de Covid-19 y 3 mil 874 decesos al 13 de junio de 2020 y llegó ayer a un acumulado de 418 mil 851 pacientes y 20 mil 193 fallecidos, registró al viernes pasado un total de 1 millón 839 mil 108 vacunas aplicadas en primera o segunda dosis, según datos oficiales.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) anunció en abril de este año que, por efecto indirecto de la emergencia sanitaria, la previsión de crecimiento del PIB de Ecuador para 2021 bajó de 4.8% a 2.5%.

“La situación en que asume Lasso es bastante compleja. Se arrastran problemas estructurales de fondo que se agudizaron por la pandemia. La economía decreció por tres años seguidos. En 2020 se perdieron unos 700 mil empleos formales por el Covid-19” , describió el analista ecuatoriano Sebastián Mantilla, director ejecutivo del (no estatal) Centro Latinoamericano de Estudios Políticos ( CELAEP ), de Quito.

“La situación social es complicada. En niñez hay cifras alarmantes de desnutrición crónica de menores de 5 años. La desnutrición en niños de esa edad es de 13% en Colombia, de 14% en Perú, de 6% en Brasil, de 16% en Bolivia, en Ecuador es de 23% y lidera (ese fenómeno) en América Latina”, informó Mantilla a este diario.

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“El Estado ecuatoriano no tiene suficientes ingresos y está sobre endeudado. Tiene un déficit fiscal por el crecimiento del aparato público. Se van unos 8 mil millones de dólares en pagar (salarios) a los servidores públicos . Moreno, en vez de tomar el toro por los cuernos, lo que hizo fue patear el problema hacia el futuro, endeudándose mucho más”, lamentó.

En una entrevista con el periódico ecuatoriano El Universo, que se publicó ayer, Moreno alegó que “sin duda yo dejo el país en mejores condiciones de las que las encontré: la economía en orden, las cuentas transparentes”.

“No hay mesa servida, porque eso significa una mesa opípara, en la cual hay todo para disfrutar. No, no, aquí hay que trabajar mucho”, relató.

Al anunciar a varios miembros de su gabinete, Lasso admitió el jueves anterior que “enfrentamos una realidad dura, pero debemos sacar a Ecuador del hoyo en el que nos encontramos, con recursos muy limitados, donde vamos a tener que priorizar, comenzando por el hambre que sufren más de 300 mil familias”.