San José.— Con los precedentes de turbias pugnas desde 2020 entre y Rusia por presuntas actividades rusas en apoyo a Venezuela con espionaje, movimientos aéreos y envío de armas, una crisis política y diplomática creció este mes entre Bogotá, Caracas y Moscú paralela al rápido incremento de tensiones militares en la frontera colombo-venezolana en un lío que involucra a narcotraficantes, paramilitares derechistas y guerrilleros izquierdistas.

La desconfianza se ahondó luego de que, al recibir en Caracas el pasado miércoles al viceprimer ministro ruso, Yuri Borisov, el cuestionado presidente venezolano, Nicolás Maduro, ratificó que Rusia y Venezuela profundizarán “el camino de una poderosa cooperación militar”.

El presidente colombiano, Iván Duque, alertó a inicios de este mes del uso de los suministros bélicos de Moscú a Caracas para agredir a Colombia. La visita de Borisov incluyó a La Habana y Managua, aliados de Venezuela, y fue precedida por el anuncio de Rusia en enero pasado de que podría instalar bases castrenses en Cuba y Venezuela.

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Duque llevó al embajador ruso en Colombia, Nikolay K. Tavdumadze, a prometer que “ninguna cooperación militar de Rusia a Venezuela se utilizará jamás” contra Colombia o el resto de América Latina ni para desestabilizar a la zona.

La garantía del embajador “es importante: pone como responsable del uso de esas armas al régimen ruso”, adujo el economista colombiano Jorge Restrepo, director del (no estatal) Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos, de Bogotá.

La promesa de que tendría el “mayor cuidado” para que las armas tengan a las fuerzas armadas venezolanas como único destino “es lo mejor que se puede hacer en ausencia” de lazos diplomáticos entre Colombia y Venezuela desde 2019, dijo Restrepo a EL UNIVERSAL.

Colombia denunció el 3 de este mes que rusos e iraníes asesoraron a Venezuela en mover tropas al conflictivo sector de Apure, en el sureste venezolano, y limítrofe con Arauca, en el este colombiano. Tavdumadze rechazó las insinuaciones de injerencia de Rusia en las fuerzas militares de Venezuela.

Por espionaje en Colombia, dos diplomáticos rusos fueron expulsados por el gobierno colombiano en diciembre de 2020. Colombia protestó a Rusia en abril de 2021 por la reiterada violación del espacio aéreo colombiano por parte de aeronaves del gobierno ruso.

Tras ascender al poder desde 1999, el entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez (falleció en 2013), convirtió a Rusia en su fuente prioritaria de armamento.

El monto acumulado de las compras de tanques, helicópteros, aviones de guerra, misiles tierra—aire, fusiles, pistolas, lanzacohetes, lanzamisiles, vehículos de combate o sistemas de defensa antiaéreos y drones sumó 3 mil 899 millones de dólares a 2020, según el (no estatal) Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo. Moscú y Caracas planean inaugurar en este año en Venezuela una fábrica de fusiles Kalashnikov, símbolo militar ruso.

Por eso persistió la desconfianza.

“Los rusos (…) renovaron sus alianzas con Caracas y están dispuestos a utilizar a Venezuela como peón de un juego global que se juega en varios escenarios geopolíticos a la vez”, advirtió la abogada venezolana Rocío San Miguel, presidenta de Control Ciudadano, organización no estatal de Venezuela sobre seguridad y defensa.

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Sin nexos diplomáticos y con una peligrosa frontera terrestre común de más de 2 mil 206 kilómetros de longitud, Venezuela y Colombia enfrentan un problema bélico desde el primer trimestre de 2021 contra una guerrilla nacida como colombiana y ahora es “binacional, con presencia permanente” en los dos países, dijo San Miguel a este diario.

La crisis se agravó en las sensibles áreas limítrofes de Apure y Arauca, con frecuentes choques armados entre fuerzas militares de ambas naciones con guerrillas, paramilitares, narcotraficantes y bandas criminales.

 “La situación es altamente peligrosa y amenaza con generar un incidente en cualquier momento. Si agregamos la intervención de potencias aliadas, Estados Unidos con Colombia y Rusia con Venezuela, crecen exponencialmente los riesgos”, afirmó.

Como socio global y sin ser miembro pleno, Colombia es el único país latinoamericano asociado a la Organización del Tratado del Atlántico (OTAN), músculo militar mundial de EU y sus aliados occidentales. Un plan insertado el miércoles anterior al Congreso de EU busca declarar a Colombia como Aliado Principal No Miembro de la OTAN, rango que Argentina obtuvo en 1998 y Brasil en 2019.

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