Washington.— Estados Unidos y Guatemala firmaron ayer un acuerdo migratorio que la Casa Blanca describió como un convenio de tercer país seguro, después de que en esta semana el presidente Donald Trump amenazara al país centro- americano con imponer aranceles para presionar la negociación.

El acuerdo requerirá que los migrantes que lleguen a Guatemala en su camino hacia EU soliciten asilo en la nación de Centroamérica y no en la frontera estadounidense.

Establece que el país centroamericano no podrá expulsar a los solicitantes de protección durante el tiempo que dure el proceso. Además, el pacto tendrá una vigencia de dos años. Ambos países evaluarán el acuerdo cada tres meses y Guatemala se compromete a no expulsar a solicitantes de “protección” a menos que abandonen su petición o les sea denegada.

Sólo menores no acompañados o personas con visa estadounidense u originarias de naciones que no exijan ese documento podrán llegar a Estados Unidos y solicitar el asilo, puesto que todos los demás deberán hacerlo antes en Guatemala.

Las dos partes establecen que Guatemala evaluará las solicitudes de protección “una por una” de las personas que cumplen los requisitos necesarios recogidos en este texto y que llegan a Estados Unidos a “un puerto de entrada o entre puertos de entrada”, pero será ese país el que tome “la decisión final”.

Los casos que no puedan ser resueltos por las vías establecidas serán tratados diplomáticamente y a cambio de todo Estados Unidos prevé “cooperar para fortalecer las capacidades institucionales de Guatemala”, aunque ninguno de los países contempla “erogar o comprometer fondos” para este punto.

El acuerdo entrará en vigor por medio de un intercambio de notas en las que los dos países indiquen que ya han cumplido con los procedimientos jurídicos nacionales necesarios para que entre en vigor, pero se desconoce si tiene que ser ratificado o no por sus Congresos. Según Trump, el pacto “va a dar seguridad a los demandantes de asilo legítimos y va a detener los fraudes y abusos en el sistema de asilo”. De acuerdo con un comunicado del gobierno guatemalteco, parte del pacto establece un convenio para dar visas para trabajar en el sector agrícola a ciudadanos del país centroamericano.

Trump tenía previsto recibir el 15 de julio a su par de Guatemala, Ji- mmy Morales, en medio de especulaciones de que iban a firmar un acuerdo de tercer país seguro, pero horas antes de la visita la Corte de Constitucionalidad (CC) guatemalteca advirtió que cualquier acuerdo debía ser aprobado primero por el Congreso y la visita fue cancelada.

Luego, Trump amenazó a Guatemala con gravar sus exportaciones y las remesas familiares.

El país centroamericano está a la espera de celebrar la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, el 11 de agosto. Los dos candidatos presidenciales rechazaron el acuerdo.

“Debo pronunciarme en contra de un documento firmado sin la debida divulgación del contenido a la población de #Guatemala”, tuiteó el candidato derechista Alejandro Giammattei.

La socialdemócrata Sandra Torre aseguró que el mandatario Morales “sigue mintiendo (...) Estamos perdiendo al país en manos de un presidente irresponsable”.

Charanya Krishnaswami, directora de Amnistía Internacional (AI) para las Américas, indicó: “El gobierno de Trump debe desistir de este plan cruel e ilegal para cerrar las puertas a familias e individuos que tratan de rehacer sus vidas en condiciones seguras”.

Avalan fondos para el muro. El Tribunal Supremo de Estados Unidos dio el visto bueno al gobierno de Trump para que use 2 mil 500 millones de dólares previamente asignados al Pentágono para la construcción del muro con México.

Esta partida estaba destinada a la lucha contra el narcotráfico y forma parte de los 6 mil 600 millones de dólares que Trump desvió para la construcción de la valla.

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