La Paz.— Las dos cámaras del Congreso boliviano aprobaron ayer por unanimidad un proyecto de ley para anular las cuestionadas elecciones del 20 de octubre y allanar el camino a una nueva votación en 2020, sin la participación del expresidente Evo Morales. Ahora el proyecto será remitido para su promulgación a la presidenta interina boliviana, Jeanine Áñez.

Además de presidente y vice, se elegirán senadores y diputados, cuyos mandatos vencen en enero.

Por la noche se informó que el Movimiento Al Socialismo (MAS) decidió aplazar el proyecto de Ley Extraordinaria para Reafirmar el Ejercicio de los Derechos y Garantías del Pueblo Boliviano, el cual daba amnistía al exmandatario Morales y al exvicepresidente Álvaro García Linera.

El senador del MAS, Milton Barón, hizo un llamado a la reflexión y pidió tratar el tema con mayor serenidad. “Y si no hay consenso ni modo, qué se va a hacer, pero no se puede votar la toalla sin siquiera intentar entendernos, que es lo que estamos tratando de hacer”. El también senador del MAS, Omar Aguilar, afirmó que el aplazamiento no significa que el Senado no vuelva a considerar el proyecto, porque sólo se está dando un espacio para buscar consensos, y puntualizó que la iniciativa no busca inmunidad o impunidad para nadie. Simultáneamente, el gobierno provisional informó que abrirá el diálogo con los movimientos de protesta, en busca de un acuerdo que ponga fin a los bloqueos y manifestaciones que contabilizan 32 muertos, 17 de ellos en choques con militares y policías.

Ayer también se informó que manifestantes retuvieron a siete efectivos militares y destrozaron varios vehículos que trasladaban basura a un depósito en K’ara K’ara, en el centro de Bolivia.

“Han tomado de rehenes a seis soldados y a un oficial. Hemos recuperado a los seis soldados y falta el oficial. Se han robado las armas”, detalló el ministro Arturo Murillo a la prensa.

El Senado anuló las elecciones del 20 de octubre, en las que Morales había obtenido un nuevo mandato de cinco años en un proceso que fue contestado por la oposición en las calles por presunto fraude. La OEA también dijo haber detectado graves irregularidades. Se van a “dejar sin efecto legal las anteriores elecciones y sus resultados que ocasionaron la movilización ciudadana”, dijo el senador Óscar Ortiz, quien desde la oposición a Morales lideró las negociaciones que desembocaron en el borrador de la propuesta.

El proyecto prevé la organización de nuevos comicios generales y la renovación del Tribunal Supremo Electoral, cuyos antiguos vocales fueron removidos acusados de haber manipulado el escrutinio. Al mismo tiempo cierra la puerta a la postulación de Morales. Con mayoría en el Congreso, el MAS se muestra dividido en torno a Morales, quien de momento no ha avalado públicamente el proceso.

En otro frente, el gobierno interino y sus opositores se sentarán a conversar en el palacio presidencial. “Estamos comenzando a dialogar para pacificar el país”, afirmó el viernes el ministro de Obras Públicas, Yerko Núñez.

Tras dimitir, Morales partió al exilio en México y denunció un golpe de Estado, mientras sus seguidores lanzaron una contraofensiva. Además de los muertos y decenas de heridos y detenidos, las protestas impidieron el ingreso de comida y combustible en La Paz; sin embargo, este sábado se empezó a restablecer la normalidad con el suministro paulatino de combustible y el abastecimiento parcial de los mercados en la zona.

El viernes la fiscalía abrió una investigación formal contra Morales por “terrorismo y sedición”. Además, se informó que los dos hijos de Morales, Álvaro y Evaliz, llegaron a Buenos Aires en un vuelo procedente de Lima.

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