Madrid.— Los expertos advierten que el relajamiento de las medidas de seguridad por Navidad podría propiciar la llegada a Europa de una tercera ola vírica en enero o febrero, meses en los que la mayoría de la población más vulnerable no estaría todavía vacunada.

Con el repunte de la pandemia y la aparición en Gran Bretaña de una , el Viejo Continente reculó en sus planes de apertura y endureció las restricciones a todos los niveles para impedir la propagación del coronavirus en unas fiestas decembrinas que se prestan a la diversión y en las que abundan las reuniones amistosas o familiares, además de las comidas de empresa.

A pesar de la situación de emergencia, los gobiernos europeos no renuncian del todo a conceder breves respiros a la ciudadanía, y evitan al mismo tiempo que la Navidad se convierta en un nuevo caldo de cultivo para el Covid-19, pero ésta es una ecuación muy difícil de resolver, según los analistas.

Además de mantener las cautelas elementales, las autoridades europeas coinciden en varios puntos a fin de minimizar los riesgos: movilidad limitada, cuarentenas selectivas, grupos con un máximo de 10 personas y cancelación de la mayoría de las tradiciones festivas, como los mercados navideños o las campanadas de fin de año, también se verá afectado el formato de las cabalgatas de los Reyes Magos en España.

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Francia, Italia y España seguirán con rígidos confinamientos y toques de queda parciales o totales, los cuales podrían suavizarse el 24 y el 31 de diciembre para facilitar las fiestas en familia. Holanda, por su parte, declaró el cierre de guarderías, colegios e institutos, y de toda la actividad no esencial hasta el 19 de enero, lo que incluye comercios, gimnasios, prostíbulos y museos.

También bares y restaurantes permanecerán cerrados en varios países europeos durante la Navidad, salvo para entregar y recoger comida, mientras en otros tendrán límites de horario y aforo. Ante el empeoramiento de la situación, Alemania decretó la clausura de comercios no esenciales y el cierre de las escuelas y las guarderías del 16 de diciembre hasta el 10 de enero. Al igual que Francia, clausuró también cines y teatros.

En Gran Bretaña, los ciudadanos tendrán la opción de formar una “burbuja navideña”, que deberá mantenerse estable durante las fiestas y ser lo más pequeña posible. Las autoridades británicas también decretaron en Londres el nivel máximo de confinamiento, lo que incluye entre otras medidas el cierre de los famosos pubs.

Algunas de las fórmulas, como la adoptada en España para establecer en un máximo de 10 las personas que podrán juntarse en las comidas y cenas navideñas de los días 24, 25 y 31 de diciembre de 2020 y del 1 de enero de 2021, son consideradas demasiado blandas por los expertos que exigen un mayor control social en una época que será especialmente propicia para el aumento de los contagios. No se trata de salvar la Navidad, sino de salvar vidas, subrayan los especialistas.

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La mayoría de los políticos son conscientes de que apretar demasiado las tuercas en unas fechas tan señaladas, puede generar cierto malestar social, por ello prefieren estar en sintonía con sus votantes, antes que reducir la Navidad a su mínima expresión. Aun así no se descarta que Europa imponga medidas mucho más severas si la pandemia arrecia.

“En casa la Navidad es, en esencia, para nuestros hijos. Normalmente la celebramos con muchas reuniones de amigos y familiares, vamos al circo, al cine y a la cabalgata de Reyes Magos, no paramos. Pero este año tenemos un reto: ser prudentes y dejar todo esto para cuando las cosas se calmen”, señala a EL UNIVERSAL David, padre de dos niños.

“No tenemos manera de saber si las recomendaciones oficiales son acertadas o no, pero preferimos no arriesgar. A estas alturas ya llevamos muchos meses invertidos en mantenernos sanos nosotros y contribuir a que se mantengan sanos los demás como para olvidarlo todo por un puñado de días. De modo que seguiremos las recomendaciones de las autoridades y trataremos de pasarlo lo mejor posible”, concluye este vecino de Madrid.

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El coronavirus también modificará la manera de consumir en las fiestas decembrinas, época del año en la que el gasto se suele disparar 20%. La mayoría de los europeos reducirán sus presupuestos navideños a prácticamente la mitad, como consecuencia de la crisis económica y la incertidumbre generalizada. Como contrapunto, el comercio online experimentará un repunte importante al ofrecer una mayor seguridad en las compras.

El Covid-19 no sólo ha puesto en jaque a las fiestas decembrinas, también ha evidenciado las diferencias de enfoque que existen entre los políticos y los científicos, estos últimos mucho más exigentes a la hora de reclamar medidas menos complacientes para atajar una pandemia que podría resurgir con fuerza a principios de 2021 si los europeos se dejan llevar por el espíritu festivo y no cumplen a rajatabla con las recomendaciones básicas.