El ascenso, por la fuerza y de manera violenta, de El Betito a la cúpula de provocó también la caída de esta estructura criminal.

En sólo dos años, debido a los trabajos de inteligencia de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (), en coordinación con la Fiscalía General de Justicia (FGJ), la Agencia de Investigación Criminal y de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), se ha desmantelado a encargada de extorsiones, secuestros, narcomenudeo, y principal generadora de violencia en la zona centro de la Ciudad de México.

Si bien actualmente todavía quedan remanentes de esta organización, los cuales —según el último informe de inteligencia de la policía capitalina— sostienen una disputa interna que ha dejado una docena de homicidios dolosos en lo que va del año en el Centro, la principal estructura fue desmantelada, e incluso, sus principales líderes buscan mantener el estilo de vida que llevaban, pues ya no tienen los ingresos de hace un año.

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La labor de las autoridades locales y federales permitió identificar a los principales líderes operativos y establecer qué actividad realizaban para la organización. El resultado es que todos están detenidos.

Delinearon que Roberto Moyado Esparza El Betito, luego de que en 2017 ordenara el asesinato de Pancho Cayagua, el fundador de, quedó al frente del grupo criminal y se convirtió en el administrador de las ganancias ilícitas.

De acuerdo con el organigrama que manejan las autoridades locales, debajo de El Betito estaba David García Ramírez El Pistache, hombre de confianza y encargado de extorsiones a bares, restaurantes, antros y otros negocios en toda la Ciudad.

Un escalón abajo se encontraba Pedro Ramírez Pérez El Jamón, quien era el encargado de establecer la distribución de drogas al menudeo en toda la capital del país y de concretar alianzas con otros grupos criminales, buscando la expansión de la “marca” Unión Tepito.

Quien desempeñaba un papel importante en la estructura y que con su detención prácticamente se concretó el desmantelamiento de La Unión, era Óscar Andrés Flores Ramírez El Lunares. Las autoridades lo identifican como el principal enlace para la importación de droga, traída directamente de Sudamérica a través de contactos que concretó en Colombia, Bolivia y Brasil. También “administraba” y blanqueaba las ganancias.

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Se sabe que tiene por lo menos tres prestanombres y media docena de empresas fantasma para evadir a las autoridades; todas son investigadas y tres cuentas han sido congeladas.

Con la captura de El Lunares y las posteriores detenciones de su papá, su mamá y su pareja sentimental, el departamento de inteligencia de la SSC considera prácticamente “extinta” a La Unión Tepito, puesto que ha visto mermada su capacidad y contactos para importar drogas, blanqueo de efectivo, y sobre todo, el poder de corrupción que tenía en la Ciudad.