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Para la construcción de un condominio de 233 departamentos de lujo en calzada Desierto de los Leones 5547, delegación Álvaro Obregón, el gobierno capitalino autorizó el derribo de 147 árboles, por los cuales impuso a los desarrolladores el pago de apenas 5.4 millones de pesos y la restitución de 196 ejemplares, entre otras medidas, sin embargo cada una de las viviendas se cotiza entre 3.5 y 9 millones de pesos en preventa.

En el predio de 11 mil 364 metros cuadrados, ubicado en la colonia Alcantarilla y sobre la barranca de Guadalupe, se construirán tres torres de siete, nueve y 11 niveles.

El caso se viralizó en redes sociales por videos que difundieron vecinos y colectivos como No más condominios, donde se observa la tala de al menos tres árboles muy altos.

En el predio había antes sólo cuatro casas “y esto era un bosque, había pájaros carpinteros y tlacuaches”, lamentó la vecina Marcela de Sotelo.

En total, el terreno tenía 555 árboles, entre fresnos, encinos, pinos y algunos eran “centenarios”, según vecinos quienes exigen un alto a las obras, pues estiman más de 100 construcciones en curso en las avenidas Toluca, Desierto de los Leones y zona del Olivar de los Padres.

La Secretaría de Medio Ambiente (Sedema) emitió una resolución administrativa el 27 de febrero de 2017, como parte de la manifestación de impacto ambiental, en la que se autoriza el derribo de 113 árboles y por ello se exigió a los constructores una compensación económica por 5 millones 417 mil 574.40 pesos.

También se autorizó el trasplante de 65 árboles y 377 se mantendrían en el terreno, según se lee en una investigación de la Procuraduría Ambiental y Ordenamiento Territorial donde no se encontraron responsabilidades sancionables.

Además, los desarrolladores deberán hacer un área verde en los 8 mil 670 metros cuadrados de área libre.

Sin embargo, el monto económico representa poco menos de lo que costarían dos de los departamentos más baratos de este condominio.

En la página web del desarrollo, las viviendas se ofrecen en preventa en un precio de 3 millones 549 mil 706 pesos hasta 9 millones 037 mil 127 pesos.

Si todos los departamentos se vendieran al costo más bajo, equivaldrían a 827 millones de pesos.

Ante los derribos recientes, la Sedema informó a EL UNIVERSAL que el 30 de abril pasado se autorizó el derribo de 34 árboles, con lo cual suman 147 ejemplares a tirar.

“La Dirección General de Bosques Urbanos y Educación Ambiental (DGBUEA) emitió un oficio en el que se determinó que la empresa que lleva a cabo el proyecto debería plantar 196 árboles previo a la autorización del derribo de 34, misma plantación que sí se cumplió”, describió la dependencia.

Polígono de actuación. El predio tenía dos usos de suelo que como máximo permitían edificar viviendas en cuatro niveles y dejar 30% de área libre, esto gracias a una norma por vialidad que aún le aplicó, pero que fue derogada el año pasado del Programa Delegacional de Desarrollo Urbano debido al colapso en la movilidad de la calzada Desierto de los Leones por un boom de construcciones.

El 26 de enero de 2016, la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi) otorgó a los particulares la conformación de un polígono de actuación que permite alzar hasta 11 pisos, a cambio de dejar 8 mil 670 metros cuadrados de área libre (76%).

Del área libre, mil 380 metros cuadrados tienen uso de suelo de área libre y 153.28 son considerados “afectación por zona federal”.

Luego, la delegación Álvaro Obregón entregó una manifestación de construcción tipo C el 30 de marzo de 2017.

Paco Huidobro, vecino de la colonia Alcantarilla, cuestionó que en la zona hay unas 80 a 100 obras en curso cuando Desierto de los Leones “es una vialidad muy pequeña” de un carril por sentido, y los colonos señalan que tardan hasta una hora y cuarto en llegar a Periférico, tramo que sólo tomaría 20 minutos.

“Esta es un área de densidad muy baja, se puede hacer una vivienda cada 200 o 500 metros, [pero] hay un montón de artimañas, que se dicen procedimientos para hacer polígonos, sistemas de actuación, normas por vialidad que permiten que se densifique mucho más, a lo cual se suma el daño ecológico irreversible, es una zona que presta un servicio de recarga de mantos acuíferos”, advirtió Huidobro.

Carmen Olalde, integrante de la Asamblea Pueblo de Tetelpan Unido, dijo que las medidas de mitigación de los grandes desarrollos tampoco se ven en sus colonias y cuestionó que “las constructoras tienen la ley a su favor”.

“Dependencias como Seduvi y Sedema no toman en cuenta el impacto integral de las obras que se autorizan, una obra aislada parece nada, pero cuando se suman todas, el daño es fuerte”, señaló Olalde.

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