En la Ciudad de México, la calma de los habitantes constantemente se ve afectada por los altos decibeles que se registran en restaurantes y comercios, principalmente en las zonas más transitadas de la capital.

En los últimos años ha habido un aumento en las , un contaminante que incluso puede ocasionar daños a la salud.

A lo largo de 2023, la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial (PAOT) recibió mil 374 denuncias de ciudadanos que se quejaron por ruido excesivo, particularmente generado en establecimientos mercantiles, industriales o de servicios, bares, antros, restaurantes, talleres o ruido generado por construcciones, que es lo que le compete a este organismo. Esta cifra es 18% más elevada que la de un año anterior, pues en 2022 se recibieron mil 163 denuncias.

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La cifra de denuncias ha ido en aumento, por lo menos en lo que va de la administración actual. En 2019 se contabilizaron 892, mientras que en 2021 fueron mil 429; con excepción de 2020, cuando la pandemia obligó a cientos de comercios, restaurantes y demás negocios a cerrar sus puertas, por lo que en ese año únicamente hubo 223 denuncias.

El problema del ruido “no es un tema menor” considera Mariana Boy, titular de la PAOT, ya que genera impactos importantes en la salud de los habitantes, como son afectaciones en el sistema nervioso, puede producir insomnio y otro tipo de afectaciones acreditadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

“Es una problemática generalizada en la Ciudad. A todos me parece que nos ha tocado el problema de tener una chelería, un restaurante, un bar o un antro cerca de nuestra casa o cerca de nuestra oficina, con niveles de ruido excesivos. Es una problemática generalizada, pero que desafortunadamente no había estado el tema en la agenda pública”, explica en entrevista con EL UNIVERSAL.

Cuauhtémoc, Benito Juárez y Miguel Hidalgo son las alcaldías con más denuncias por ruido presentadas ante la PAOT. En el caso de la Cuauhtémoc entre 2019 y lo que va de 2024 se han recibido mil 570 denuncias; en segundo lugar está la Benito Juárez con 716 y el tercer lugar lo ocupa la alcaldía Miguel Hidalgo, en la que han surgido 538 denuncias. Las otras alcaldías que acumulan mayor cantidad de denuncias son Iztapalapa con 424 y Coyoacán con 422.

Se trata de demarcaciones con corredores comerciales y diversas zonas propensas a que haya sonidos altos. En un recorrido por diferentes colonias de la capital, EL UNIVERSAL constató que zonas como Polanco, en la alcaldía Miguel Hidalgo, se percibe constantemente el ruido de la música de algunos establecimientos, particularmente de restaurantes.

Mientras que en zonas como la glorieta de los Insurgentes, que se caracteriza por tener decenas de restaurantes y bares, también se percibe ruido. Particularmente en la calle de Génova —donde ya se han hecho clausuras de establecimientos por altos volúmenes—, en las noches es habitual escuchar música alta de los bares que se encuentran en la zona.

Las alcaldías de las que se tienen menos denuncias registradas en la PAOT, entre 2019 y lo que va de 2024, son Milpa Alta con apenas nueve, Magdalena Contreras con 58, Cuajimalpa con 67, Xochimilco con 81, y Tláhuac con 100.

Cuando la PAOT recibe la denuncia de algún vecino que está siendo afectado por ruido excesivo, explica Boy, la dependencia acude al lugar para constatar si se están rebasando los niveles de ruido permitidos y se hace un exhorto por escrito para que el establecimiento cumpla las medidas de manera voluntaria; posteriormente se hace una revisión de nueva cuenta y, en caso de que no se haya cumplido, se procede a la suspensión.

De 2019 a la fecha, la PAOT ha suspendido 97 establecimientos, de las cuales 60 ocurrieron el año pasado; en 2019 fueron dos; en 2020, durante la pandemia, hubo cinco; en 2021 sumaron tres y en 2022, que regresaron las actividades comerciales, fueron 26.

De los 97 establecimientos, a la fecha a 68 ya se les levantó la suspensión porque acreditaron que cumplieron con las medidas.

“El año pasado obviamente ya se consolidó mucho más esta estrategia y este programa de la PAOT de combatir el ruido, y fue el año en que más suspensiones tuvimos, pero lo importante de esto, más allá del número, que pudiera parecer mucho o poco para una región tan grande como la Ciudad de México, depende desde el punto de vista en que se vea, si atendemos únicamente a los corredores de esparcimiento, los corredores de establecimientos mercantiles de esparcimiento, que están ubicados principalmente en la colonia Centro, en la Condesa, Coyoacán, Polanco, Nápoles”, señala.

En la Ciudad de México el ruido excesivo también se considera una falta cívica, la cual está estipulada en el artículo 27, fracción III de la Ley de Cultura Cívica, en el que se indica que es infracción “producir o causar ruidos por cualquier medio que atenten contra la tranquilidad o represente un riesgo a la salud de los vecinos”.

Particularmente, la Consejería Jurídica recibe denuncias por ruido excesivo de vecinos que molestan con fiestas en domicilios particulares o ruido en la vía pública, y estas pueden ameritar multas.

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¿Cómo afecta el ruido?

El doctor Iván Yassmany Hernández Paniagua, del Departamento de Ciencias Ambientales del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático (ICAyCC) de la UNAM, explica a EL UNIVERSAL que mientras el sonido son las frecuencias sonoras que percibe el oído humano todo el tiempo, cuando estas comienzan a ser molestas para el ser humano ya se consideran ruido.

“Las afectaciones a la salud varían dependiendo de los niveles de ruido; comienzan desde una molestia auditiva o dificultad para la comunicación, afectan al comportamiento de las personas, ya que llegan a producir ansiedad y otros trastornos para la salud mental, y avanza en la salud general, como en pérdida de audición a grandes niveles de exposición. Incluso se ha comprobado que también está directamente relacionado a problemas cardiovasculares”, señala.

Sin embargo, estos son los efectos que son “observables” y que ya están documentados, pero seguramente hay otros de los que se sabe poco o nada, de ahí la importancia de que se realicen estudios más a fondo, por ello, dice, actualmente la UNAM trabaja en un proyecto de evaluación de ruido en ambientes extramuros en la Ciudad de México, con el objetivo de tener más información al respecto.

Si bien para que un sonido sea considerado ruido depende de la tolerancia auditiva de cada individuo, también hay estándares que enmarcan lo permitido, por ejemplo, en la norma 081 de la Semarnat se establece que en un horario de 6:00 a 22:00 horas, el máximo permitido son 68 decibeles, mientras que en la noche desciende a 65 decibeles, en el caso de ambientes extramuros, es decir, cualquier área fuera de un edificio, explica Dulce Ortega, tesista de licenciatura, quien colabora en el proyecto de la Máxima Casa de Estudios.

Ante la falta de información que aún existe en torno a este tema, Iván Yassmany Hernández Paniagua considera que esta problemática implica “un esfuerzo en conjunto”, tanto de parte de las autoridades, con la elaboración de leyes y verificación de que se cumplan las mismas, como desde la sociedad, al tomar acción para evitar este tipo de contaminación.

“Creo que todos han escuchado mucho las quejas acerca de restaurantes o bares, sobre todo los que están cerca o al lado de edificios, y ahí entra la parte de concientización, hasta qué punto afecta los derechos de los demás, y, en este caso, la salud de los demás, y ahí sí debemos de ser autocríticos y respetuosos con los derechos de los otros”, concluye.

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