Cocinar pescado puede parecer sencillo, pero en la práctica requiere atención a detalles que, si se pasan por alto, pueden arruinar completamente el resultado final.
El pescado es un alimento delicado, de cocción rápida y con sabores sutiles que merecen ser tratados con respeto en la cocina. Ya sea que lo prepares al horno, a la plancha o en ceviche, evitar ciertos errores marcará la diferencia entre un platillo insípido y uno memorable.
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Este es, sin duda, el error más común. El pescado se cocina mucho más rápido que la carne roja o el pollo. Al pasarse de cocción, la textura se vuelve seca y correosa. Una regla general es cocinarlo solo hasta que esté opaco y se deshaga fácilmente con un tenedor. Dependiendo del tipo y grosor, puede tardar entre 3 y 7 minutos por lado.
Al no secar el pescado con papel de cocina antes de cocinarlo, especialmente si se va a dorar, se produce vapor en lugar de una costra crujiente. La humedad excesiva impide que el pescado se dore bien, lo que afecta tanto su sabor como su presentación.
Aunque un poco de grasa es necesaria para evitar que se pegue, usar demasiado aceite satura el pescado y enmascara su sabor natural. Lo ideal es una fina capa de aceite vegetal o de oliva en la sartén bien caliente.
No todos los pescados se cocinan igual. Por ejemplo, pescados blancos como el bacalao o la tilapia funcionan bien al horno o en papillote, mientras que pescados más grasos como el salmón o la trucha son ideales para la parrilla o sartén. Usar el método incorrecto puede romper la textura o secar el pescado.
Cocinar pescado sin revisar bien si hay espinas o escamas puede arruinar la experiencia de comerlo. Es esencial revisar y limpiar adecuadamente el pescado antes de cocinarlo, incluso si ya viene "limpio" del supermercado.
Compra pescado fresco o de buena calidad: La frescura es clave. El pescado debe tener olor a mar, no a pescado fuerte; los ojos deben estar brillantes y la carne firme. Si compras congelado, asegúrate de descongelarlo lentamente en el refrigerador y secarlo bien antes de cocinarlo.
Usa una sartén bien caliente: Para lograr una costra dorada y evitar que se pegue, la sartén debe estar caliente antes de colocar el pescado. No lo muevas durante los primeros minutos para que se forme esa capa crujiente.
Añade limón y hierbas al final, no durante: Los cítricos o ingredientes ácidos pueden "cocer" el pescado si se agregan muy pronto. Mejor añadir al final para preservar el sabor y la textura.
Haz cocciones simples y precisas: El pescado no necesita salsas pesadas. Un poco de sal, pimienta, ajo, limón o eneldo bastan. Deja que brille su sabor natural.
Deja reposar unos minutos: Una vez cocido, permite que el pescado repose un par de minutos antes de servir. Esto ayuda a que los jugos se redistribuyan y conserve su textura jugosa.
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