¿Pelados o con cáscara? Todos, al menos una vez en la vida, hemos disfrutado un puñado de pistaches. Esta semilla de color verde tiene un gran sabor y habitualmente lo comemos a manera de botana.
De color verde, con sabor ligeramente salado y textura crujiente, es fuente importante de proteína vegetal, grasas del tipo omega-3, vitaminas A y E, así como fósforo, potasio, magnesio, hierro, calcio y zinc.
Al igual que los frutos secos (nueces, almendras, pepitas y cacahuates), comer pistaches nos ayuda a conservar la salud. Especialmente, cuando se trata de reducir el azúcar en la sangre.
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Del grupo de las oleaginosas, el árbol pistachero o alfóncigo da frutos cada 7 años. Crece principalmente en la región de Irán, Pakistán, Afganistán, Siria y Turquía, aunque hoy en día lo encontramos en cualquier mercado del mundo.
Una porción de 100 g nos aporta alrededor de 600 calorías, 51 g de grasa, 17 g de proteína y 15 g de carbohidratos, valores que los hacen altamente nutritivos, incluso para personas con diabetes.
De acuerdo con la Procuraduría Federal del Consumidor, esta semilla se aprovecha para la preparación de cremas, como topping de pastelillos, en helado, salsas gourmet y hasta en pasta.
Pero ¿qué sucede si los comemos a diario? Lo único que obtendremos son beneficios a largo plazo, puesto que reducen el riesgo de contraer infecciones respiratorias, incrementan la actividad de algunas células inmunes y actúan como nutriente para los probióticos.
Los pistaches también poseen propiedades prebióticas, es decir, promueve una microbiota intestinal sana al igual que lo hace el yogurt, kombucha, kimchi o kéfir.
Además de mantener los huesos en buenas condiciones, su contenido de grasas saturadas y fitoesteroles trabajan en conjunto para reducir el colesterol malo, causa principal de las enfermedades del corazón.
Dado que son fuente natural de vitamina E y antioxidantes, como los carotenoides y el gamma-tocoferol, protegen las células del daño oxidativo causado por los radicales libres. Y no podemos dejar de lado lo que hacen por el control de la glucosa.
Según indica un estudio realizado por Landmark Research, esta deliciosa semilla mantiene una respuesta glucémica equilibrada. Dicho de otra manera, es ideal para controlar los niveles de azúcar en la sangre dentro de los valores establecidos como normales.
Recordemos que, después de 2 horas de comer, 140 mg/dl es un rango saludable, de 140 a 199 mg/dl indican prediabetes y 200 mg/dl o mayores refieren diabetes. En este último caso, los expertos sugieren agregar frutos secos, proteínas y cereales integrales, que hacen que la absorción de la glucosa sea progresiva.
Así, consumir 42 g de pistachos (equivalentes a un puñado) después de la comida, disminuye la presencia de azúcar en la sangre. A su vez, combate la resistencia a la insulina y conduce a un perfil metabólico más sano.
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