Como una sinfonía perfectamente orquestada, cada detalle debe estar diseñado y ejecutado para que la velada sea una experiencia que perdure en la memoria. Es el día de San Valentín, una festividad que, según cifras del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), tiene una derrama económica de cerca de 20 mil millones de pesos en todo el país.

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Los restaurantes y bares son de los lugares con mayor afluencia en esta fecha y para que todo funcione de manera armónica se requieren de diferentes elementos para lograr el mood deseado: la decoración del lugar, hasta lo psicológico están en juego.

Fernando García Flores, maestro en psicoterapia sistémica y Emotional counselor en el Tecnológico de Monterrey, asegura que el ambiente tiene un impacto en el estado de ánimo con lo cual se va a propiciar u obstaculizar ciertas condiciones, durante una noche romántica en algún restaurante.

“El ambiente que se pueda generar va a permitir estar en un estado de tranquilidad y de comodidad. En la psicología positiva hay un estadío que se llama flow, sí tiene mucho impacto el cómo se encuentra un espacio ambientado para sentirnos cómodos, para que las cosas sucedan, en el caso particular del amor, debe de ser a través de luces cálidas y atenuada, así como sonidos melodiosos alejados de lo estridente para que la atmósfera haga match con las pretensión en el afecto o para solidificación dequienes ya asiste a estos lugares”, apunta

¿Qué historia se quiere contar?

Para la sommelier y directora de APR Consultoría, Amanda Puente Ronces,primero hay que preguntarse qué historia quiere contar: romántica clásica, romántica, divertida o casual con amigos y a partir de ahí, diseñar todos los happenings para determinar si quieren ofrecer al comensal una experiencia, un momento con efecto wow e incluso, hasta generar aprendizaje a través de una vivencia.

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Puentes Ronces indica que entre los elementos principales que se deben cuidar está la música, dependiendo si se trata de planes más íntimos o para estar con amigos. “Otro punto es el tipo de alimentos que se van a ofrecer: alfa o beta. Los primeros son aquellos con mucho sabor y porciones grandes donde se quiere es intensidad.

Si se trata de algo más elegante para estar en pareja, más íntimo porque tal vez después se va a tener una noche romántica, entonce, la recomendación es porciones más pequeñas de sabores más ligeros y discretos. Evitando los picantes y el exceso de grasas detalla, la experta.

Un tercer punto, añade Ronces, es el servicio. Éste debe ser más discreto en tanto más romántica e íntima sea la cena de la pareja. Sin embargo, cuando se trata de una reunión entre amigos, el personal podrá interactuar más y propiciar un ambiente más casual, no tan reservado.

Cuando se trata de una primera cita, funcionará leer el comportamiento de la pareja para, por ejemplo, saber qué ofrecer de la carta.

Estimular los sentidos

Gilles Nördin, director de alimentos y bebidas del grupo Camino Real Hoteles, destaca que lo más importante para ese día, que es homenaje a los sentimientos, es que tanto parejas como amigos tengan una experiencia extraordinaria y que estimule todos sus sentidos. Coincide en que la decoración, iluminación, acústica y calidad del sonido, texturas, aromas, sabores, sorpresas y, por supuesto, el menú, van a marcar la diferencia.

“La ocasión amerita un menú con explosión de sabores, que te invita a la sensualidad. Los alimentos para la cena van a ser el hilo conductor de esta fecha romántica. Hay que darle un peso mayor a las texturas y temperaturas, trabajar para los sentidos, tener elementos suaves, rugosos, esponjosos, crujientes y tersos, además de diferentes temperaturas para favorecer la exaltación de los sentidos que estaríamos buscando y, por qué no, el uso de las manos, y así tener más contacto con los alimentos. Es fundamental que el menú esté bien equilibrado”, dice el también chef Nordín.

El chef sugiere que siempre haya chocolate, champán y algunos alimentos como higos, canela, jengibre, picante, ostras y camarones.

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Comodidad y permanencia

El comfort de los comensales, es básico. El restaurante debelograr esta sensación en ellos. La respuesta psicológica y el estado de ánimo tienen mucha importancia al momento de disfrutar los alimentos, advierte Rubén Hernández, gerente regional de Latinoamérica en Poster POS, quien subraya que no es lo mismo comer de prisa que tomarse el tiempo para estar con la pareja, platicar y convivir. Este estado también responde a ciertos estímulos, como las formas, ergonomía y colores de los muebles.

Por su parte, Guillermo Suárez Almazán, arquitecto y director de Almazán Arquitectos y Asociados, añade que los colores más neutros y cálidos, como azules, beige y gris claro ayudan a que las personas deseen permanecer en un espacio de más confort por más tiempo. Aquí también destaca la importancia del tipo de mobiliario para que esto suceda.

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La experiencia gastronómica va más allá del simple acto de comer, se convierte en una sinfonía que involucra todos los sentidos y emociones. San Valentín se convierte en la oportunidad perfecta para que los restaurantes desplieguen su creatividad para diseñar momentos únicos que perduren en la memoria de quienes buscan celebrar el amor.

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