La hidratación juega un papel clave para evitar o, en su defecto, revertir el hígado graso. El consumo de este líquido es fundamental a cualquier edad, pero se vuelve más importante al ser diagnosticado con una enfermedad.
De acuerdo con un artículo de la revista Clínicas e Investigación en Hepatología y Gastroenterología, el hígado graso no alcohólico (EHGNA) afecta el estilo de vida de quienes lo padecen y la alimentación se vuelve clave.
Parte de la dieta implica ingerir agua, pero ¿en qué cantidad? Menú te da la respuesta de los especialistas.

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La Subsecretaría de Prevención y Promoción de la Salud describe a la EHGNA como una enfermedad donde la acumulación de grasa en las células hepáticas provoca inflamación del hígado. Entre las causas principales podemos mencionar:
A su vez, la inflamación de este órgano puede derivar en fibrosis (formación de tejido similar a una cicatriz) y hasta provocar daño hepático o cirrosis.
Según un estudio publicado por la Revista Nature, el consumo de agua simple puede ayudar a reducir el peso corporal, aumentar la oxidación de las grasas y regular el consumo de energía, factores estrechamente relacionados con el hígado graso.
La investigación contempló a 16,434 participantes, quienes fueron observados en un periodo de 9 años; se dividieron en 3 grupos: los que consumieron menos de 3 tazas de agua al día, los que consumieron de 4 a 7 y los que consumieron más de 7.
¿Cuáles fueron los resultados? Los grupos que consumieron de 4 a 7 y más de 7 tazas de agua al día arrojaron, respectivamente, un 16% y 23% menos de probabilidades de desarrollar EHGNA.
Por otra parte, un artículo de la Federación Nacional de Enfermos y Trasplantados Hepáticos detalla que, al igual que con el resto del organismo, "el agua tiene una relación muy importante con el hígado".
Tomar agua hace que dicho órgano produzca una mayor cantidad de bilis, de consistencia y calidad, lo que facilita la expulsión de toxinas. Por el contrario, la deshidratación ocasiona consecuencias como estrés en las células hepáticas.
Según la Fundación Nacional del Riñón de Estados Unidos, el cuerpo pierde de 1.5 a 2.5 litros de agua al día (mediante el sudor y la orina), por lo que se recomienda consumir este líquido hasta saciar la sed.
En promedio, se deben tomar de 6 a 8 vasos de agua diarios (equivalentes a entre 1.5 y 2 litros). La cantidad ideal depende depende de la edad, la actividad física, la ubicación y el clima, advierte un artículo publicado por la Gaceta UNAM.
Con la ayuda de un especialista, ajusta tus comidas para combatir el hígado graso y reducir los síntomas, que van desde malestar abdominal, pérdida de apetito y cansancio.
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