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Tabasco

Al Partido de la Revolución Democrática (PRD) le costó 80 años sacar al Revolucionario Institucional (PRI) del poder en Tabasco y lo hizo en 2012, cuando ganó la gubernatura; seis años después pierde en todo: el gobierno estatal, 16 presidencias municipales, 21 diputaciones locales, seis curules federales y dos senadurías, y fue Morena de la mano de Andrés Manuel López Obrador, quien terminó por sepultar a este instituto político.

Seis años atrás, el sol azteca y Arturo Núñez Jiménez lograron 547 mil 633 votos y en 2018, en las elecciones del 1 de julio, Gerardo Gaudiano Rovirosa obtuvo 172 mil 687 sufragios, a los se le suman los que recibieron sus aliados, el Partido Acción Nacional (PAN) con sus 32 mil 120 y Movimiento Ciudadano (MC) con 29 mil 102, para un total de 233 mil 909, así, es la peor derrota electoral desde su fundación hace 29 años.

¿Qué paso?, se le preguntó a uno de sus fundadores, Pablo Rodríguez Bonfil, quien aseguró que el “paisanaje” los arrasó y además hubo un exceso de confianza que los llevó a la derrota, porque ellos creyeron en el llamado voto cruzado y consideraban que tenían los mejores candidatos.

“Hubo una confianza, teníamos el mejor candidato a la gubernatura, eso es indiscutible, y nos excedimos en confianza en que iba a haber voto cruzado, no imaginamos que la misma gente que invitamos a votar lo hicieran por una sola opción”, reconoció.

Dos días después del tsunami electoral que los borró del mapa político en Tabasco, donde hasta antes del 1 de julio encabezaban 12 diputaciones locales, 10 alcaldías, cuatro curules federales, dos senadurías y la gubernatura, se reunió la dirigencia estatal con la mayoría de quienes fueron candidatos, donde hubo un reparto de culpas. Ahí Pablo Rodríguez, fue más directo y habló de traidores.

“Estuvieron mamando del PRD seis años y a la hora de decidir no estuvieron a la altura; no fueron agradecidos con quien les dio el poder. La generosidad del PRD la pasaron por donde no sale el sol”, indicó.

La abanderada a diputada local del sol azteca, Blanca Pulido, acusó en este encuentro que no hubo un apoyo de los partidos de la coalición como el PAN y MC, porque incluso no le entregaron las actas del conteo de casillas.

El dirigente estatal perredista, Darvin González Ballina, reconoció el fracaso electoral y anunció que habrá una revisión a fondo de las estructuras municipales, afirmó que los candidatos que postuló su partido fueron los mejores, pese a que sólo Francisco Alfonso Filigrana Castro logró el triunfo de la alcaldía de Jonuta.

“El PRD tiene que revisar el contacto directo con sus bases, creo que parte de los problemas que ha tenido es que se burocratizó, abandonó la atención de la demanda social y a su militancia, y tiene que resurgir”, aseveró el líder de los perredistas.

El PRI, entre los perdedores. El sol azteca no fue el único partido que borró del mapa electoral la coalición Juntos Haremos Historia de Morena-PES-PT, el tricolor pasó a ser tercera fuerza política, dejando atrás los triunfos que obtuvo en el gobierno de Roberto Madrazo Pintado (1995-1999) y Manuel Andrade Díaz (2002-2006). Apenas en 2012, cuando Jesús Alí encabezó a este instituto político logró 466 mil 499 sufragios, y seis años después, con Georgina Trujillo Zentella, sólo llegó a 138 mil 596 votos, es decir, 327 mil 903, y de todos los cargos que estuvieron en disputa no ganó nada, hasta las alcaldías donde son gobierno perdieron.

Ahora los priístas sólo tendrán que esperar cuántas diputaciones plurinominales les asigna el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Tabasco (IEPCT).

El ex gobernador Manuel Andrade Díaz, ante la derrota de los dos partidos que tenían la hegemonía política, que eran el PRI y PRD, afirmó que lo ocurrido en los recientes comicios se debe a que las estructuras los engañaron y los traicionaron.

“Independientemente del tsunami, la pejetroiska, tenemos que revisar al interior del partido qué pasó. Yo asistí a mítines de miles de gente; me tocó ver estructuras tradicionales de los dos partidos y sí tú te pones a sacar la cuenta, pues una de dos: o la estructura traicionó a los partidos y simplemente se simuló en la construcción de las estructuras”, apuntó.

Por lo pronto, el PRI y PRD deberán esperar tres años para poder competir y tratar de levantarse de su peor derrota electoral.

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